sábado, 16 de julio de 2011

Swing


En los primeros días de noviembre del 2005, Fito desembarcó en Venezuela para presentar el disco Naturaleza Sangre. Durante la conferencia de prensa que brindó a su llegada le pidieron una opinión sobre Hugo Chávez. Textualmente respondió: “Detesto a los charlatanes que quieren ser paladines”. Durante el show, a la hora de jugar con los coros del público, dijo: “Voy a dividir a la audiencia, pero no como ha divido a Venezuela ustedes saben quién. Aquí está una sola Venezuela, la que se divierte y canta con nosotros. Los otros no tienen importancia, como siempre ha ocurrido, vienen y se van. Caracas entrañable, Caracas de mi vida, siempre es bueno llegar a un lugar con tanto swing”.

Por febrero del 2008, antes de su nueva presentación en Caracas prevista para mayo de aquel año, el cantautor rosarino concedió una entrevista al diario venezolano El Universal. En esta ocasión expresó: “No me gusta mucho hablar desde afuera porque me molesta que lo hagan los extranjeros cuando llegan a mi país. Lo que pasa es que ustedes tienen a un presidente bastante subido de tono, muy estridente”. Las palabras de Fito estaban relacionadas con las polémicas suspensiones de los conciertos de Alejandro Sánz en el domo La Rinconada, conocido como “Poliedro”, propiedad gubernamental desde septiembre del 2007. La primera cancelación había sido la prevista para el 1° de noviembre de aquel año, momento en que el Ministerio cuestionó el alto precio de las entradas, incompatible con los fines de acceso popular inherentes a la sala desde su paso al área de gobierno. Desde luego que el entredicho fue utilizado por la poderosísima maquinaria mediática y golpista que asedia a la revolución venezolana. Fito comentó entonces que si Chávez seguía “rompiendo las pelotas” se haría acreedor de unas palabras fuertes de su parte. Tras la segunda cancelación, después de considerarla “un gesto más del anacronismo” que se vive en Venezuela, Fito sentenció: “En cualquier lugar del mundo donde se prohíba cantar a un artista, eso se debe condenar. Es una muestra más de la arrogancia y brutalidad de Chávez. Alejandro es un artista muy neto, muy claro, con canciones románticas. Chávez debería escuchar algunas letras mías, meterse con gente más pesada como yo”.


El 18 de marzo del 2010, Clarín reporteó a Fito:
¿Qué esperás que una canción tuya le cause a quien la escucha?

No espero nada. Yo hago mi música, y la toco. A veces me interesa lo que le pasa a la gente. Pero hay muchísima gente a la que no me interesa lo que le pasa con mis canciones. Porque yo no me puedo pelear con una ciudad. Lo que sí creo es que cuando la ciudad le da 35 Luna Parks a Ricardo Arjona y a Charly García le da dos, tenés que pensar qué significan la política, los diarios, en esa ciudad, en la que hay valores que fueron aniquilados.

Páez no oculta su enojo, y lo asocia a su desencanto, a la decepción que siente. “Yo soy un tipo que ama este lugar, que defiende sus cosas más auténticas y brutales, pero nunca la aniquilación cultural y el vaciamiento de ideas”.

Entonces arremete contra “lo vergonzante que es todo lo que se habla del Bicentenario”, y “las estupideces a las que nos suelen someter”, para enseguida rescatar “la gente hermosa, divina, que tiene este lugar, que hemos destruido”. Pero en el que, igual, propone: “Confiá”.

¿En quién?

No en la clase dirigente, que es estúpida. Si no en el corazón de la gente con la que uno se vincula. En entregarse a una experiencia noble, y transmitírselo a nuestros hijos.

Suena bien, pero cuesta creer.

Es cierto. En otro momento alguien podría haber dicho que este es un momento interesante, porque las crisis devienen en cosas buenas. Ni a palos. No hay crisis interesantes en este país, mientras entre dos se pelean como chicos que no saben limpiarse los calzones mientras el país se desangra. Acá la crisis es profunda, y posiblemente no tenga solución. Ojalá me equivoque.

A fin de mes apareció la respuesta de Arjona:

El Sr. Fito Páez habla de aniquilación cultural y me menciona. De forma sospechosa señala el inicio de este problema en su país casi de manera simultánea con el descenso claro de su capacidad artística. Es de una belleza épica el pánico que le representa entregar un nuevo trabajo musical a su propia gente. Puede ser que usted mismo se crea su farsa de intelectual osado, pero detrás de su arrogancia habita el irrespeto dictador de creerse dueño de las decisiones populares. La música no pertenece a las competencias de atletismo donde se miden las capacidades contra reloj, es un asunto de gustos y de emoción. Ante los cinco sentidos de cualquiera que los tenga exactos, sus comentarios no serán más que un alarde melancólico, visceral y resentido de alguien al que sólo le queda hablar. Ya quiso usted ser Charly García, después quiso ser Almodóvar. Lamentable lo suyo señor. Lamentable.
PD: Alejandro Sanz ofreció tres conciertos en Venezuela durante el mes de noviembre del 2010.

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