lunes, 29 de abril de 2013

Compinche rico


Mi hijo se llamará Martin, & maybe he will chose and take the drums.



Ráptame y no me dejes


Rapte-me camaleoa
Adapte-me a uma cama boa
Capte-me uma mensagem à toa
De um quasar pulsando lôa
Interestelar canoa...

Leitos perfeitos
Seus peitos direitos
Me olham assim
Fino menino me inclino
Pro lado do sim...

Rapte-me
Adapte-me
Capte-me
It's up to me
Coração
Ser querer ser
Merecer ser
Um camaleão

Rapte-me camaleoa
Adapte-me ao seu
Ne me quitte pas...



Leé la carta porfa


Nos agarró corriendo
con sólo un poquito demasiado para ocultar
pero tal vez todo salga bien, nena
leé la carta que te mandé
porfa
qué loco cómo resultó todo
necesitábamos mucho más

Demasiado tarde, muy tarde
el tonto puede leer los signos
mejor si te fijás quizás entre líneas, be
porfa
leé la carta que escribí en mi sueño
con ayuda y la consulta
de los ángeles de lo profundo

Una vez yo estaba junto a un pozo repleto de palabras
mi casa llena de anillos, esperanzas
y pájaros hermosos
por favor, comprendeme
que las paredes se me están cayendo encima
aquí no quedó nada tuyo
pero fijate entre lo perdido y lo encontrado

Una canción más antes de irnos
acordate, be
que vamos a tener que cosechar lo que sembramos
por favor, leé mi carta y prometeme
que vas a conservar los secretos y recuerdos
que atesoramos en lo profundo

Leé la carta que envié a tu puerta
porfa
qué loco cómo resultó todo
necesitábamos mucho más

 

Tenores, bajos, barítonos: men

 
Uno de mis profes de canto. El padre de mi amigo Ricar y de la mina más bonita que haya habido en este y cualquier mundo. Jefe de una familia de campeones. Campeones de lucha libre, literalmente: comunistas. En realidad esto lo escribió el mayor de sus hijos. Es lo mismo, y se llaman igual. Se recomienda leerla de a poco. Bébala. Se titula "Muerte y resurrección de Hugo Chávez".
 
 
Alberto Catena


El 5 de marzo pasado murió el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Hace unos días, la mayoría del pueblo de esa nación, en medio del dolor que todavía provoca su deceso, ratificó en elecciones para sucederlo que desea continuar por el rumbo que él trazó. Estas líneas son, antes que nada, una valoración de lo que la personalidad y la gestión de ese líder significó para su país y la región, pero también una ponderación de las perspectivas que se abren ante su ausencia.

La muerte, ese fin del oficio humano decía Séneca, suele llegar a nuestras vidas sin avisar, de la manera más impensada. No tenemos control sobre esa contingencia que algún día sobrevendrá. Sabemos que alguna vez nos tocará partir hacia ese misterioso y democrático destino del que nadie se salva ni deja testimonio, pero ignoramos cuál será el instante exacto en que el viaje comenzará. Es esa incertidumbre la que nos sobrecoge y produce escalofrío. Frente al enigma, las personas suelen defenderse imaginando o deseando que sus días duren lo más posible. O al menos, el máximo dentro de lo que cada época marca como promedio de vida razonable. Lo que ocurre fuera de esa expectativa nos provoca una angustiosa sensación de injusticia, la impresión de que la muerte llegó en forma extemporánea, inadecuada.
El dolor y la estupefacción provocados por la desaparición de algunas figuras públicas que estaban en la plenitud de su madurez –o en una edad que no sugería los riesgos de la vejez a la vista- suelen estar atravesados por esa misma sensación de inequidad a la que aludimos en el párrafo anterior. Y eso debido a que esas figuras, al fallecer en forma sorpresiva o inoportuna, tenían en opinión de muchos de sus contemporáneos un camino fértil que recorrer aún y propuestas que ofrecer al mundo. O bien porque encarnaban, para el imaginario de ciertas sociedades, un conjunto de sueños irrenunciables.
La muerte del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, a los 58 años, como antes la de Néstor Kirchner, tiene todos los rasgos de esas ausencias consumadas fuera de hora. Tal vez eso explique por qué, aún sabiendo la gravedad de su enfermedad, tanta gente que lo amó se aferró hasta último momento a una esperanza que parecía de imposible plasmación. Esos sentimientos de amor y dolor entremezclados se tradujeron tanto en Venezuela como en América Latina en una verdadera conmoción colectiva, que, tal vez por su hondura, solo sea comparable a las que ocasionaron en su tiempo el asesinato del Che Guevara en Bolivia y el martirologio de Salvador Allende en Chile.
Fuera de la región, su muerte también suscitó una fuerte repercusión mundial. No por azar. En sus catorce años de gestión al frente del gobierno de su país, Chávez se había constituido en una personalidad esencial para Latinoamérica y de gran influencia en el tratamiento de algunos temas de interés planetario. Fueron muchas y sustanciales las transformaciones que impulsó en su sociedad, al punto que hubo una Venezuela anterior a Chávez y otra a partir de él. La erradicación de la miseria y la pobreza extrema y la universalización de distintos derechos sociales (a la salud, a la educación, a las pensiones, y últimamente a la vivienda) fueron solo algunos de los logros de esta nueva Venezuela. A lo que hay que añadir la ampliación de los espacios de participación política de las personas en democracia, que, como dice el politólogo español Íñigo Errejon, cambió radicalmente la mentalidad colectiva de los venezolanos, mostrándoles para qué sirve el desarrollo y uso de una cultura política.
El mar de personas de pueblo que, bajo el sol rajante de Caracas, desfiló durante días para verlo en su féretro es la prueba más contundente de esa gratitud sin límite que generó su gestión. Una exteriorización que ni la más cerril de las cegueras –la de la mente, no la de los ojos- podría dejar de percibir. Fueron millones de personas que manifestaron su inmensa congoja, pero a la vez una clara y orgullosa conciencia de por qué apoyaban a ese líder. Pocas veces se vio llorar tanto a la gente de ese país y de América Latina, Argentina incluida. Chávez, y no es exagerarlo decirlo, fue el Bolívar de esta época para su patria. Y como él murió de una manera trágica, prematura, aunque con una diferencia: el libertador agonizó preso del desencanto, Chávez falleció sabiendo que su legado quedaba en buenas manos, la de su pueblo. Uno había quedado atrapado en su laberinto, el otro no.
No obstante, la dimensión de Chávez excedió largamente su gestión en Venezuela, aunque solo ella bastaría para justificar su paso por la vida y la política. Contribuyó, tal vez como ningún otro dirigente de este tiempo, a la consolidación de los lazos fraternos en la región. Lo hizo a través de la formación de organismos como la Unasur, el Banco del Sur, la Celac o su ingreso reciente al Mercosur; del incremento de las relaciones en lo comercial y económico o de su participación directa en distintos actos de diplomacia y negociación ante los gobiernos del hemisferio y muchos otros hechos, entre los cuales habría que dedicarle un especial recuerdo a aquel histórico encuentro en Mar del Plata donde se sepultó al ALCA.
Pero operó, además, como un factor de solidaridad concreta y de ayuda a otros gobiernos hermanos, como los de Argentina, Cuba, Uruguay o Bolivia en coyunturas difíciles. No en vano, Fidel Castro dijo de él: “Murió el mejor amigo de Cuba de toda su historia”. O Pepe Mujica primer mandatario del Uruguay: “Fue el gobernante más generoso que conocí en esta región.” El rostro de muchos presidentes del continente, como Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner, el propio Mujica, trasuntaban un dolor por su pérdida que habla de una hermandad como acaso pocas veces hubo en América, quizás en algún punto asimilable a la que sintieron entre sí los libertadores del continente sudamericano o algunos de los patriotas de Mayo entre sí.
Todavía hay otro aporte tan o más importante que los enumerados en esta nota y muchos otros escritos dedicados a su muerte: fue el primer líder de América en romper el cerrojo de sumisión material y espiritual que había impuesto el dominio pleno del neoliberalismo en el planeta, pero en particular en nuestra región. Un dominio que, con el cuento de la irrupción del fin de la historia y de las luchas sociales, instaba a celebrar un flamante período de “armonía” en la humanidad que nunca llegó. Y que muy pronto mostró su verdadero e infernal rostro: el de la exclusión y la miseria diseminadas en la tierra solo para asegurar la rapiña y la acumulación de nuevas e increíbles ganancias a los eternos dueños del poder.
Él fue el primero en perforar ese muro. Es verdad que estaba la Cuba sobreviviente de la caída del otro muro, soportando estoica el asedio de los nuevos huracanes sobre el azúcar de la revolución que provocaba el capitalismo. Y que también, en otros puntos del planeta y de la propia región, crecían y se multiplicaban las luchas contra el ideario neoliberal, en clara prueba de que la quietud del nirvana no existe para las sociedades injustas. Bajo ese espíritu de resistencia, en expansión lenta pero continuada, se formó el sedimento social y subjetivo que dio origen a la constelación de líderes que, en los últimos quince años, a partir del triunfo de Chávez en su primera elección de 1998, surgieron y protagonizaron esta etapa inédita que vive América Latina.
“Líderes que se involucran personalmente en su actividad, revalorizando la política como rectora de la economía, otorgándole relevancia a la palabra y contenido a los gestos y dejando literalmente la vida en ella. Latinoamérica redefinió la ontología efectual”, dice con precisión Diego Ezequiel Litvinoff en Página 12 del jueves 28 de marzo. La expresión “ontología efectual” aludía al conjunto de gestos efectistas que realizan algunos sectores de la Iglesia hacia los pobres, de supuesta humildad y comprensión de su situación, pero que nunca se comprometen con un cambio profundo de ella.
Chávez fue el primero de esos líderes en interpretar que, en el terreno de aquellas rebeldías que las policías del sistema reprimían a fines del siglo pasado y los medios de comunicación silenciaban lo más posible, comenzaban a germinar las semillas de otro ciclo emancipador. Y eso se proclamó, desde un gobierno de la región, en tiempos en que lo predominante en las instituciones y partidos del planeta era la genuflexión ante el pensamiento único neoliberal, el absurdo y narcotizador relato de que las ideologías habían muerto, comprado incluso por no pocos intelectuales de izquierda. Fue él quien se atrevió a recapturar palabras y gramáticas de las tradiciones libertarias que aquel relato del poder globalizado había desacreditado como inservibles antiguallas del pasado.
Fue él quien habló otra vez de socialismo, aunque le agregó del siglo XXl, porque entendió que un nuevo ciclo de emancipación debía enmendar los viejos errores del dogmatismo y el autoritarismo burocrático. Y también nutrirse de todas las tradiciones y batallas honestas libradas durante la historia por un mundo más equitativo, incluidas las que venían de las utopías del igualitarismo cristiano o de las distintas formas del socialismo solidario. Todo eso lo concibió para ser cumplido en el contexto de una realidad donde cualquier proceso de transformación fuera legitimado por las formas de la libertad y la democracia, de la elección popular, enriquecida por una participación cada vez mayor de las personas en los ámbitos de decisión.
Y ese fue uno de los rasgos sobresalientes de la gestión de Chávez: la de un profundo democratismo. Porque, en rotunda desmentida a los que lo calificaban de tirano, el líder bolivariano realizó 14 contiendas electorales desde que fue ungido por primera vez en el gobierno, 4 de ellas (1998, 2000, 2006 y 2012) para presidente, que ganó. En 13 de las 14 restantes triunfó y en otra perdió: la del referendo de 1992, por una ínfima diferencia de un punto y con una abstención del 40 por ciento del electorado. En esa ocasión reconoció rápidamente su derrota, como corresponde a alguien que reconoce antes que nada la voluntad popular.
O sea que, virtualmente, rindió cuentas cada año de su gestión, récord que no tiene parangón en otro proceso transformador ocurrido en las últimas décadas. Sin esa marca inexpugnable de legitimidad, Venezuela no hubiera sido respetada como lo ha sido. Ni hubiera podido soportar la feroz campaña de los medios de comunicación concentrados, que lo atacaron sin piedad y denigraron su figura con calumnias y burlas como pocas veces se ha visto en la prensa mundial, o la conspiración de la derecha económica de su país y de los intereses trasnacionales asociados a ella, que perpetró en 2002 un golpe sofocado a los dos días. Nada de esto pudo mellar su marcha ni poner en duda esa legitimidad ganada palmo a palmo.
Se podrían mencionar otros méritos en Chávez, pero tal vez ninguno haya asombrado tanto como el de ser un auténtico humanista, un individuo abierto a los problemas y penurias de sus semejantes con una sensibilidad y comprensión que desarrollan solo los que creen de verdad en la redención humana. Por eso despertó semejante devoción. Esa fue su exacta estatura: la del líder que sueña estrategias temerarias y al mismo tiempo la del ser humano común, que se une al barro y el río de la cotidianeidad para sentir el latido y los rumores de las aguas que bañan la vida. Que no simula ser un hijo del pueblo, sino que lo es en realidad y en su expresión más completa.
Él simbolizó como nadie aquella frase que dice que los actuales líderes de América Latina se parecen a sus propios pueblos. Y es así porque estaba hecho de la misma madera que los hombres y mujeres pobres de Venezuela, de su misma gracia caribeña, de sus mismos modales cálidos y alegres. Es imposible no aceptar que se extrañará su figura en los distintos escenarios de América Latina, esa informalidad que llenaba de molesto embarazo a los políticos de cartón y que bien mirada no mostraba otra cosa que el extraordinario júbilo de un hombre que amaba y celebraba la vida.
Un hombre con errores y pifias, como cualquier mortal. No hay hombres perfectos ni puros, solo individuos distintos a los otros por su lucidez política y su capacidad de dar pelea por una causa a la que entregan su vida. A todos ellos, la historia luego les cuenta las costillas para ver qué hicieron bien y qué hicieron mal. Chávez tendrá un buen lugar en ella, qué duda cabe. Ya lo tiene. Algunos sostienen que el proceso de transformación en Venezuela tuvo yerros. Quién lo niega. Se realizó bajo condiciones previas de desigualdad y podredumbre moral, heredadas del pasado, que nadie hubiera podido garantizar una marcha sin dificultades y equivocaciones. A pesar de esos traspiés, Venezuela es hoy otro país.
Y se apresta a cumplir, como lo ha dicho el presidente recién elegido y sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, todas las asignaturas que el propio líder reconocía como pendientes, sin resolver, en la agenda del gobierno: corrupción, inseguridad, liquidación total de la pobreza y otros temas. Hay quienes ahora se inquietan por la leve diferencia con que el chavismo ganó a la oposición encabezada por Henrique Capriles y señalan desaciertos en la campaña. Es posible que esos desaciertos hayan existido. También los hubo en vida de Chávez. Como queda implícito en lo que dijimos antes: el error es inevitable en el que hace, lo importante es la honestidad para admitirlo cuando existe y modificarlo. Y el gobierno de Maduro tiene ahora, tras un triunfo de absoluta legitimidad, como lo admitió la mayoría de los países, la excepcional oportunidad de avanzar en la dirección que profundice el proceso de cambios ya realizados en estos últimos 14 años.
Si alguien pensó que continuar y ahondar la herencia del líder sería fácil y lineal ya es hora de que ahuyente esa ilusión. Liderazgos como los de Chávez dejan un vacío muy difícil de llenar y no se inventan de la noche a la mañana. De modo que Venezuela comienza a transitar una nueva etapa. Y, entre los factores que se deben tener en cuenta para este período, está el que nos señala que hay una oposición que cuenta con ingentes recursos económicos y mediáticos adentro y fuera del país para seguir perturbando la estabilidad del país. Y que cobija grupos que están dispuestos incluso a matar con tal de imponer sus fines, como quedó demostrado el lunes 15 de abril con el asesinato de 8 militantes del chavismo.
Lo cual significa que seguir la tarea será más duro sin Chávez, pero no imposible. Si hay una lección clara que deja como herencia este líder es haber proscripto esa palabra de los diccionarios del hacer político. No hay nada imposible para un pueblo en marcha, dispuesto a desplegar su participación en todos los ámbitos de la acción transformadora. El desafío de los dirigentes está en estimular cada vez más esa participación y en organizarla sólidamente, para aumentar su influencia decisoria y evitar que se quiebre o debilite lo mucho que se ha logrado.
Y nada hace pensar que, más allá de las dificultades que haya hoy, algún dirigente del movimiento creado por Chávez quiera rifar este legado extraordinario que, tras haber despertado como un rayo revitalizador las viejas insurgencias dormidas del continente, hoy está instalado en el corazón de millones de personas en y fuera de Venezuela. La misma elección del 14 de abril, con todas las conclusiones que se puedan sacar sobre ella, dejó en claro que hay un pueblo despierto y alerta, animado por el cálido recuerdo de su líder y dispuesto a convertir cada batalla en una resurrección de sus ideas.
De la maravillosa desmesura y humanidad de Chávez queda ahora la leyenda, el mito. Pero no un mito congelado, sino viviente, pleno de ejemplaridad, de enseñanzas que el cariño y el recuerdo convertirán, para los hombres que lo siguen y lo seguirán en el futuro, en fuego transformador, en vendales de moral solidaria para el resto de los tiempos. Igual a los vientos que sembró Bolívar y que él mismo retomó. Como decía una perdurable y vieja máxima india: “Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.” 

domingo, 28 de abril de 2013

Me niego a crecer


De viaje hacia Noruega en julio del 2001 pasé por Londres, donde batí caminando en dos días un modesto récord de gastos turistas oblados a pura libra esterlina. Así llegué al caer la tarde y la lluvia de un jueves hasta los jardines de Kensington, en Hyde Park. Cerca de ahí vivió en la primer mitad del siglo XX el escocés James Matthew Barrie, quien paseando por el parque se inspiró para escribir Peter Pan, la obra sobre el país de nunca jamás y el muchachito que se negaba a crecer, estrenada en el Teatro del Duque de York allá por diciembre de 1904.  La estatua fue también idea suya y está emplazada en el sitio desde 1912. Cien años tiene.
Hecho el comentario, paso al título del post. Me niego a crecer, exacto. Entre ustedes y yo hay mucho en común, incluido ese deseo, el tiempo que nos tocó, el único nuestro. Es verdad, muchos de ustedes tienen los hijos que yo todavía no tengo –pero que también son míos– quienes se negarán igualmente a su debido tiempo. Escúchenmé, porfa. Soy el peor de todos y todas, pero dios quiere que les enseñe a volar, cosa que yo solito no puedo. Yo soy el hombre de bronce. Ningún mesías. Ni más ni menos que un buen compañero de juegos.

PD: Como seguía lloviznando sobre London, tomé empapado la foto cubriéndola con un ejemplar del Times de aquel día


 

sábado, 27 de abril de 2013

Дощ


“Lluvia” en ucraniano. La canción pertenece al compositor y cantante Svyatoslav Vakarchuk, frontman de Okean Elzy (Океан Ельзи, El Océano de Elsa) una de las bandas de rock más exitosas y populares de Ucrania. Para cachar qué dice la letra, copie, vaya al traductor de Google, from ukrainian to spanish, y listo. Se escribe así de raro, y oigan qué bonito que suena, como la lluvia:
 

Наш декаданс виключить світло
В кімнаті залишить ескіз
Втомлені ми будемо день зустрічати
І падає вниз

Буде весна
І теплий дощ буде іти
Поки так йому скажеш ти
Поки так йому скажеш ти

Ніч відійде, стане безмежно малою
І зникне за край
Десь продзвенить, ніби для нас із тобою
Самотній трамвай

Буде весна
І теплий дощ буде іти
Поки так йому скажеш ти
Поки так йому скажеш ти



Nick Drake


Y tras dos semanas enteras al sol, aprovecho la vuelta de las nubes para mostrar aquí otra vez a uno de los mejores escritores contemporáneos de nuestro país. Cordobés, hincha de Belgrano, vendedor de sanitarios y docente. El título de esta entrada y del poema refieren a su vez a Nicholas Rodney Drake, notable guitarrista y cantautor británico fallecido en 1974, a los 26 años. El flaco alto de saco negro que pasa por el video.


Un sábado soleado
el triste niño del vapor
dejó de jugar a superman
con su hermano el rey cachorro
y salió
a liberar a las canciones
de sus jaulas de viento

pero no las dejaba volar
les masticaba los halos más vidriosos
y se las tragaba
una por una hasta la última
y al final
se pasó la noche
vomitándolas en cariño y paz
como a lágrimas
de un barro
curativo y letal
  
Adrián Savino
(1996)
 



La Mona


«La mayoría de sus contemporáneos creía, como algunos hasta hoy, que toda especie animal existe en virtud de un acto deliberado de la creación. Darwin dijo que no era así. Acumuló convincentes pruebas circunstanciales de que todas las formas de vida de la Tierra han evolucionado de otras que vivieron en un tiempo anterior, y de que estas habían evolucionado a su vez de otras formas aún más tempranas. La cadena de la vida se pierde en la lejanía de los tiempos hasta algún estado ancestral de la materia, pululando furtiva en un estanque cálido. Cada criatura de nuestro mundo está emparejada de uno u otro grado con las demás, según  Darwin, por ser descendientes de antepasados comunes. El ser humano es una más de dichas criaturas. También él ha evolucionado de modos de vida más primitivos y sencillos, y no difiere de modo fundamental de los demás animales de este planeta. El hombre –escribió Darwin– desciende de un cuadrúpedo hirsuto y dotado de cola, probablemente arborícola»
 
Robert Jastrow, astrónomo
1984
 
 

martes, 23 de abril de 2013

A cuidar el patio que se nos vienen


John Kerry, Secretario de Estado de los EUA, declaró el 17 de abril pasado, para mi cumpleaños: «The Western Hemisphere is our back yard, it is of vital importance to us. Too often, many countries in the western hemisphere feel that the United States does not give them enough attention and sometimes this is probably true. We need to be closer and we plan to do it. The President will travel soon to Mexico and then to the south, I cannot remember which countries, but he will go to the region».



Tradunga dunga: «El hemisferio occidental es nuestro patio trasero, es de vital importancia para nosotros. Con demasiada frecuencia, muchos países en el hemisferio occidental sienten que los Estados Unidos no les da la suficiente atención y a veces esto es probablemente cierto. Tenemos que estar más cerca y tenemos la intención de hacerlo. El Presidente viajará pronto a México y luego hacia el sur, no recuerdo qué países, pero irá a la región».
 


jueves, 11 de abril de 2013

La cosa comunista


“La cosa” è un film documentario del 1990, diretto, montato e prodotto da Nanni Moretti. Il documentario mostra, senza alcun commento, una serie di interventi di militanti comunisti durante i dibattiti all'interno di alcune sezioni del Partito Comunista Italiano svoltisi nei giorni successivi alla proposta di Achille Occhetto di trasformare il Partito Comunista Italiano in un nuovo soggetto politico, la cosiddetta “svolta della Bolognina”, testimoniando «un momento unico di autocoscienza collettiva nella storia della sinistra italiana».
 
 

miércoles, 10 de abril de 2013

Peligro en cordobés



Me desayuné con la noticia de que George Papanata anduvo denunciando que en la Escuela de Ciencias de la Información de la UNC –mi facu– se “obliga a los estudiantes a ver 678”.




Los fascistas son un peligro. Pero ese peligro no radica tanto en la neurosis ideológica que corroe su pensamiento, ni en el frío medieval y claustrofóbico de sus evangelios. El peligro radica más que nada en los poderes sobrenaturales de su imbecilidad. 

El propio Sebastián García Díaz, presidente de Primero la Gente, es el encargado de redactar las bases de su partido, cinco principios fundamentales entre los cuales (2.La libertad, único camino posible para la realización de cada hombre) puede leerse: 




viernes, 5 de abril de 2013

El deber de evitar una guerra en Corea

 
Hace unos días me referí a los grandes desafíos que hoy enfrenta la humanidad. La vida inteligente surgió en nuestro planeta hace alrededor de 200 mil años, salvo nuevos hallazgos que demuestren otra cosa.
No confundir la existencia de la vida inteligente con la existencia de la vida que, desde sus formas elementales en nuestro sistema solar, surgió hace millones de años.
Existe un número prácticamente infinito de formas de vida. En el trabajo sofisticado de los más eminentes científicos del mundo se concibió ya la idea de reproducir los sonidos que siguieron al Big Bang, la gran explosión que tuvo lugar hace más de 13.700 millones de años.
Sería esta introducción demasiado extensa si no fuese para explicar la gravedad de un hecho tan increíble y absurdo como es la situación creada en la península de Corea, en un área geográfica donde se agrupan casi 5 mil de los 7 mil millones de personas que en este momento habitan el planeta.
Se trata de uno de los más graves riesgos de guerra nuclear después de la Crisis de Octubre en 1962 en torno a Cuba, hace 50 años.
En el año 1950 se desató allí una guerra que costó millones de vidas. Hacía apenas 5 años que dos bombas atómicas habían estallado sobre las ciudades indefensas de Hiroshima y Nagasaki, las que en cuestión de minutos mataron e irradiaron a cientos de miles de personas.
En la península coreana el General Douglas MacArthur quiso emplear las armas atómicas contra la República Popular Democrática de Corea. Ni siquiera Harry Truman se lo permitió.
Según se afirma, la República Popular China perdió un millón de valientes soldados para impedir que un ejército enemigo se instalara en la frontera de ese país con su Patria. La URSS, por su parte, suministró armas, apoyo aéreo, ayuda tecnológica y económica.
Tuve el honor de conocer a Kim Il Sung, una figura histórica, notablemente valiente y revolucionaria.
Si allí estalla una guerra, los pueblos de ambas partes de la Península serán terriblemente sacrificados, sin beneficio para ninguno de ellos. La República Popular Democrática de Corea siempre fue amistosa con Cuba, como Cuba lo ha sido siempre y lo seguirá siendo con ella.
Ahora que ha demostrado sus avances técnicos y científicos, le recordamos sus deberes con los países que han sido sus grandes amigos, y no sería justo olvidar que tal guerra afectaría de modo especial a más del 70 % de la población del planeta.
Si allí estallara un conflicto de esa índole, el Gobierno de Barack Obama en su segundo mandato quedaría sepultado por un diluvio de imágenes que lo presentarían como el más siniestro personaje de la historia de Estados Unidos. El deber de evitarlo es también suyo y del pueblo de Estados Unidos.
 
Fidel Alejandro Castro Ruz
Viernes 5 de abril del 2013



miércoles, 3 de abril de 2013

Un día en la vida

(publicado en la Revista Hamartia)


“El 8 de diciembre de 1991, los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron el Tratado de Belovesh, que declaró oficialmente la disolución de la URSS ignorando al 78% de la ciudadanía que en el referéndum de marzo había votado a favor de preservarla” (Wikipedia)

 
I. Casa blanca, fiesta negra
Encabezados por el presidente de Estados Unidos, los señores de la guerra celebraban aquella noche eufórica el primer aniversario de un triunfo impresionante. No podían estar más satisfechos. La súper potencia vencida les había proporcionado con su sola existencia la oportunidad de blanquear un negocio de dimensiones infernales. Nomás los ingresos por la venta de armas acumulaban una cifra multimillonaria astronómica, compuesta en lo fundamental por los depósitos del propio presupuesto norteamericano, saqueado a razón de invertir en la defensa local y los conflictos regionales instigados para acelerar la carrera armamentista y quitarse de encima los movimientos revolucionarios de proyección socialista que prosperaban en cada rincón del planeta. Pero si bien el militar era un rubro estratégico, no era el único. Contaba también la fortuna derivada de sus medios de propaganda, que se desarrollaron infundiendo el miedo indispensable para justificar la contribución del pueblo estadounidense y diseminando las bondades de una serie infinita de productos mercantiles –gaseosas, hamburguesas, medicinas, cigarrillos, zapatillas– además de los hábitos culturales necesarios para su consumo masivo global, entre ellos el complejo fraudulento de razones que convalidan la naturaleza inmejorable del orden capitalista. En tal sentido la victoria era aplastante. Mas por si todo esto fuera poco, la rendición enemiga facilitaba ahora los planes de recuperar algunas posiciones perdidas en los años 60 y 70 a manos de Fidel Castro y sus compinches árabes. Ya estaban en marcha una ley más severa de bloqueo comercial a la isla y una nueva campaña al desierto que en su primera fase había culminado exitosa el pasado febrero, mes asimismo agitado por un inquietante alzamiento castrense de corte independentista en Venezuela, dominio bendito con la mayor reserva petrolera del mundo. Es decir que los motivos de fiesta excedían con creces la indolente caída del martillo y la hoz. Habían ganado la guerra fría, la tercera guerra mundial seguía viento en popa, Cuba pendía de un hilo y tenían combustible para rato. Y ni mencionar los rendimientos del narcotráfico, asegurados en lo sucesivo al galope de un purasangre probado como el ex gobernador de Arkansas. Bush propuso un brindis: “Camaradas: ¡Viva la Unión Soviética!”. Las carcajadas se oyeron desde la vereda.
 
 
 
II. Ciencias exactas
Vista al microscopio, la imagen apoteótica de semejante desenlace presentaba sin embargo los gérmenes de una revancha formidable. Analicemos si no dos muestras tomadas el mismo día, martes 8 de diciembre de 1992, al sur del hemisferio. La primera de ellas pertenece a un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba que dicha jornada rindieron examen de “sociología” en un aula de la Escuela de Ciencias de la Información. Tras las notas excelentes obtenidas en sus evaluaciones parciales, el último requisito para aprobar la materia era exponer de forma oral la bolilla del programa que ellos escogieran. Todos, sin excepción, comparecieron ante la mesa eligiendo explicar el funcionamiento de la sociedad desde el punto de vista de Marx y de Gramsci, y todas sus libretas salieron coronadas por la firma de un perfecto 10 (diez). Los profesores sabían por experiencia que estos autores aventajaban al resto en las preferencias finales del alumnado, que demostraba asimilar sus conceptos con mucha más facilidad. El promedio general de calificaciones nunca dejaba dudas al respecto. Lo curioso de la ocasión fue que el hecho se reprodujera esta vez en el momento más desfavorable a la vigencia práctica del socialismo, cuando una inmensa porción de naciones, partidos y figuras que hasta entonces se identificaban con sus ideales estaban siendo azotados en público por el látigo despiadado de la historia. A contramano con la opción teórica seleccionada, varios de aquellos jóvenes veían incluso con buenos ojos el flamante proceso de privatización de las empresas estatales argentinas.
 
III. Martes
La segunda muestra procede de un calabozo del penal de San Francisco de Yare, donde  el comandante de paracaidistas Hugo Chávez aprovechó aquella misma mañana del martes 8 de diciembre de 1992 para continuar la lectura y relectura de su colección de libros escritos en la cárcel: “Don Quijote de la Mancha”, de Cervantes; “Himno a la picota”, de Daniel Defoe; “De los nombres de Cristo”, de Fray Luis de León; “Cuadernos de la cárcel”, de Antonio Gramsci; “Historia general de las drogas”, de Antonio Escohotado; “Mi lucha”, de Adolfo Hitler Pölzl; “Poemas de las 22-23 horas”, de Nazim Hikmet Ran; “Fanny Hill”, de John Cleland; y “La historia me absolverá”, de Fidel Alejandro Castro Ruz. Mientras tanto siguió puliendo el “Proyecto de gobierno de transición” y el “Anteproyecto Nacional Simón Bolívar”, que habían dado origen programático a la sublevación del martes 4 de febrero. En horas de la merienda lloró uno por uno a los compañeros perdidos, quienes llegaron sin falta como cada tarde volando a través de la ventanita. La compañía entera le reiteró con firmeza la convicción de su apoyo. Segundos antes de que apagaran las luces del presidio, los soldados se ajustaron las mochilas y formados en fila frente a la ventanita, tras despedir con una venia al comandante, fueron saltando uno tras otro de vuelta en dirección al cielo. Sentado al borde del catre el jefe abrió su biblia, tomó su crucifijo y reemprendió en silencio la labor meticulosa de abrir en la oscuridad de la celda el gran túnel de su fuga. Antes de acostarse se detuvo mirando hacia la estrella del sur, y llevándose la herramienta al pecho confesó arrepentido sus ruegos de muerte, puesto que aún requería del tiempo irredento suficiente para llevar a cabo su cometido, y “después –pidió– que sea donde y cuando tú me llames, quizás en la tarde serena de un martes”.
 

IV. Argentina desencadenada
El 8 de diciembre del 2030 se cumplieron cincuenta años de la muerte de John Lennon, cuyo esclarecimiento concluyó en el 2021 durante los Tribunales Generales del 11-S, que dictaron la sentencia póstuma de un selecto grupo de ex empresarios, políticos y agentes de la desaparecida CIA, entre ellos el ex presidente Bush, director de la central en 1980. El llamado Juicio del Siglo condenó de igual modo por éste y otros múltiples asesinatos a su padre y sus dos hijos. En el transcurso de un almuerzo celebrado en la Casa Blanca, el actual presidente y los diputados del Partido Comunista de Norteamérica resolvieron ese día enviar al congreso unicameral de los Estados Unidos el proyecto de ley de anexión a la “Big Patria”, que fue redactado en español y dedicado “al pueblo de Cuba y al primer aniversario de la reconstitución formal de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”.
La presidenta argentina, de 77 años, tan bella como siempre y en la plenitud de su sexto mandato, descansó aquel domingo dedicada a la pesca con mosca en un recodo de la Laguna de Lobos. Desde allí felicitó a los líderes de ambas naciones y atendió el llamado efusivo del gobernador malvinense y sus pares de Chile, Uruguay y Venezuela: Camila Vallejo, Víctor Hugo Morales y Nicolás Maduro. Ella misma se comunicó con Israel, donde la Comunidad Unida de Medio Oriente (المجتمع وحدة الشرق الأوسط) se hallaba reunida para homenajear a Golda Meir. Al caer la tarde emprendió sola un paseo hacia el pueblo, donde la esperaban con un asado para festejar la reciente fundación del Partido Único de la Revolución, que distintas fuerzas comenzaron a forjar al calor de las asambleas populares organizadas por la militancia para la campaña electoral del tremendo e inolvidable año 13. Al doblar por la ruta se hizo de noche. A lo lejos se miraban ya las luces del centro. Buscó como de costumbre la Cruz del Sur, y apenas ubicarla se descostilló de la risa rememorando aquella vieja cita nocturna en las semanas posteriores al retorno, saliendo de una unidad básica de La Plata, cuando Kirchner le contó que después de ganar las elecciones del 46 el general había denominado así al Partido, y advertido de su sorpresa, imitando a Favio, le dijo: “En serio, nena. Te quiero, te quiero… ¿Me das un beso por la patria socialista?”. Acurrucada en el recuerdo y apurando el paso repitió: “Hola nariz… ¿Qué año no?”. Conducidas por su presidente, un matemático nicaragüense de ascendencia libia, las estadísticas de la ONU confirmarían muy pronto las previsiones de que Argentina ganaba en 2030 el premio “Howard Fast”, una especie de Oscar científico que cataliza el cruce de distintas variables socioeconómicas. Una de las categorías más notables indicó que el total de los 100 millones de habitantes argentinos emplearon sus vacaciones de invierno  para viajar al exterior. Los principales destinos turísticos fueron los países limítrofes, Centroamérica, México, Europa, Ucrania, la Bengala Indochina y África. Las últimas dos ojivas nucleares fueron desactivadas simbólica y respectivamente el 6 y 9 de agosto en Hiroshima y Nagasaki. El equipo médico plurinacional destacado en Titicaca comprobó la efectividad de la vacuna contra el cáncer, sintetizada a partir de los descubrimientos odontológicos obtenidos al investigar la epidemia sufrida por los demonios de Tasmania. En Oslo y Marambio se registraron en abril los primeros síntomas de recomposición de la capa de ozono y los hielos polares. El Mundial de Fútbol volvió a disputarse en Argentina, donde dirigido por “La doble M” el seleccionado albiceleste conquistó su cuarto título, que no ganaba desde Brasil 2014. Cristina entró al pueblo secándose las lágrimas y guiada por las humaredas agarró por la Juan Perón hasta la plaza.
Días más tarde, 17 de diciembre del 2030, y martes, el avión presidencial Tango Ernesto Che Guevara aterrizó en el aeropuerto de Comalapa. La mandataria fue recibida al pié de la escalera por el ex comandante guerrillero José Luis Merino del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, alias “Ramiro”, quien le dio la bienvenida en nombre de su amado pueblo y le agradeció por haber elegido a El Salvador para celebrar la boda. Esa noche acudieron juntos a la Catedral Metropolitana de Monseñor San Óscar Arnulfo Romero, donde Amalia y el Papa Francisco se casaron finalmente a la edad de 94 años. La gira culminó el 5 de marzo del próximo año en Caracas. Ella arribó radiante, vestida con las típicas prendas multicolores mayas, trayendo un ramo de flores y la pluma real que había encontrado en los bosques aledaños a la Antigua Guatemala, mientras fotografiaba bandadas de quetzales, aves sagradas hasta entonces consideradas extintas. De regreso al país, como en el 2013, aquel verano acabó demasiado temprano.

Juan Bautista Echegaray
19 de Marzo del 2013 y martes