sábado, 27 de abril de 2013

La Mona


«La mayoría de sus contemporáneos creía, como algunos hasta hoy, que toda especie animal existe en virtud de un acto deliberado de la creación. Darwin dijo que no era así. Acumuló convincentes pruebas circunstanciales de que todas las formas de vida de la Tierra han evolucionado de otras que vivieron en un tiempo anterior, y de que estas habían evolucionado a su vez de otras formas aún más tempranas. La cadena de la vida se pierde en la lejanía de los tiempos hasta algún estado ancestral de la materia, pululando furtiva en un estanque cálido. Cada criatura de nuestro mundo está emparejada de uno u otro grado con las demás, según  Darwin, por ser descendientes de antepasados comunes. El ser humano es una más de dichas criaturas. También él ha evolucionado de modos de vida más primitivos y sencillos, y no difiere de modo fundamental de los demás animales de este planeta. El hombre –escribió Darwin– desciende de un cuadrúpedo hirsuto y dotado de cola, probablemente arborícola»
 
Robert Jastrow, astrónomo
1984
 
 

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