El Congreso de Nepal eligió hoy como nueva presidenta del país a la diputada
y ex ministra de defensa Bidhya Devi Bhandari, de 54 años, vicepresidenta asimismo del Partido
Comunista Nepalí. Bidhya es la primera mujer en ocupar este cargo en su patria y es
además la primera presidenta comunista de la historia mundial. En la foto se
encuentra al lado de quien fuera su marido y compañero, Madan Bhandari, histórico
líder político que falleciera en un sospechoso accidente automovilístico
en 1993.
miércoles, 28 de octubre de 2015
viernes, 16 de octubre de 2015
Las Beatles
Soy una perdedora
Y no soy lo que parezco
De todos los amores que gané o perdí
Hay uno con el que nunca debería haberme cruzado
Era un chico entre un millón, amiga
Debería haber sabido que a la larga él saldría ganando
Soy una perdedora
He perdido a alguien muy cercano
Soy una perdedora
Y no soy lo que parezco
Aunque me ría y actúe como un payaso
Bajo la máscara tengo el ceño fruncido
Mis lágrimas caen como lluvia del cielo
¿Es por él o por mí que lloro?
Soy una perdedora
Y he perdido a alguien que apreciaba
Soy una perdedora
No soy lo que parezco
¿Qué hice yo para merecer esta suerte?
Comprendo que me fui demasiado tarde
Y de verdad que el orgullo viene antes que el porrazo
Te lo digo para que no lo pierdas todo
Soy una perdedora
Y he perdido a alguien que apreciaba
Soy una perdedora
No soy lo que parezco
John Lennon
(1964)
jueves, 15 de octubre de 2015
Alta peli
En el 2011 se cumplieron diez años del auto atentado a las Torres
Gemelas, asesinato masivo descomunalmente increíble conque la ultraderecha
norteamericana inauguró fronteras adentro su última gran ofensiva de guerra imperial.
Las efemérides reavivaron en mí la fiebre de excavar en los pormenores del caso,
sepultados bajo miles de mortales toneladas de escombros y patrañas que la
investigación periodística internacional llevaba removiendo durante una década
para llegar al cimiento terrible de la verdad
En el vórtice de factores políticos, económicos y militares que confluyeron para formar semejante torbellino, estaban obviamente las dos torres, que yo conocía y admiraba desde alguna matiné de fines de 1976, cuando mi abuela Raquel me llevó a ver "King Kong" en el cine Renacimiento del centro sanjuanino. Mucho tiempo después, y hasta mucho tiempo después del inconcebible final, estaba yo repasando los números súper pesados de su ingeniería, cuando de pronto descubrí en wikipedia un dato anecdótico tan pero tan asombroso, que no pude menos que compartirlo aquí, entonces bajo el título de Fearless: sin miedo
Aquel descubrimiento me sigue pareciendo doblemente sorprendente, pues al milagro en sí mismo hay que sumar su condición de haber pasado al olvido, o a los sótanos de una intrascendencia que ni la demoledora explosión logró siquiera apenas despabilar del sobresalto. "Man on wire", ganadora del Oscar al Mejor Largometraje Documental, data recién del 2008
Casi en sincronía con dicho hallazgo personal, se acaba de estrenar en Buenos Aires la película que el gran Robert Zemeckis filmó el año pasado para salvar la memoria de esta hazaña maravillosa, poniéndola a salvo, en los ojos de todo el mundo, convertida en una obra del arte cinematográfico, o sea, un boleto directo hacia la cumbre, hacia la doble terraza de aquellas hermanas gigantescas
Las dos palabras que mejor definen aquella mañana surgen de la boca de los
protagonistas, y más que del propio ilusionista me refiero a sus compinches y a los anonadados policías que fueron testigos de su paseo
por las nubes. Esas palabras son "bello" y “profundo”. Viva la humanidad
Lunes, 30 de mayo de 2011
Fearless
(Funambulismo: arte de caminar a lo largo de un delgado alambre o cuerda, generalmente a una gran altura)
Volveré a nacer algún día. Será por agosto de 1949 en Nemours, Francia, bautizado Philippe Petit. Fascinado desde chico con el circo, elegiré la profesión de equilibrista, mimo, mago y monociclista. Juglar, bah. En 1968, estando de visita en Nueva York, me atacará un fuerte dolor de muelas que encenderá la chispa de la gran aventura de mi vida. Hojeando revistas en la sala de espera del dentista me toparé con un artículo sobre la construcción en ciernes del mayor rascacielos del mundo. No es un rascacielos cualquiera. Cuando quede terminado, será un doble rascacielos de 415 y 417 metros de altura cada uno. Allí mismo, sobándome la mejilla hinchada y dolorida, nacerá la idea y mi obsesión por concretarla.
La construcción del World Trade Center terminó en 1973, y la ceremonia de inauguración se celebró el 4 de abril de ese año, en la que se reunieron más de 300 mil personas, entre trabajadores, autoridades de la ciudad y el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. Los ingenieros y arquitectos afirmaban que las Torres Gemelas aguantarían hasta el impacto de un Boeing 707, el mayor avión de la época.
El “crimen artístico del siglo” me llevó seis años de planificación, durante los cuales aprendí todo lo que pude sobre los edificios, teniendo en cuenta problemas tales como el balanceo de las torres a causa del viento y como llevar el cable de acero a través del vacío. Para lograr esta hazaña, utilizé un cable de 204 Kg y una barra de equilibrio de 8 metros de largo y 25 kilogramos de peso. El día antes del paseo, mi grupo y yo pudimos subir en un montacargas hasta el piso 104, llevando con nosotros el equipo necesario. Fuimos capaces de almacenarlo a tan solo diecinueve escalones de la azotea. Para poder pasar el cable a través del vacío usamos arcos y flechas. Primero disparamos un sedal y luego cuerdas cada vez más apropiadas para montar el aparejo que nos permitió tirar y tensar la cuerda de acero.
“El 7 de agosto de 1974, a las las 7:15 de la mañana, Philippe Petit, un joven equilibrista francés, entonces con 24 años, atravesó las torres del WTC sobre un cable de acero. Petit partió de la torre sur y cruzó ocho veces los 43 metros que separaban los dos edificios. En total fue una aventura de 45 minutos a más de 400 metros del suelo. Durante la proeza, además de caminar, Philippe se sentó sobre el cable, hizo una reverencia y charló con una gaviota que volaba sobre su cabeza.
Un sargento del departamento de la policía portuaria enviado para hacer descender a Petit, contó posteriormente: «Cuando nos vio, sonrió y comenzó a reir, iniciando una danza sobre el cable, y cuando casi llegó al edificio le pedimos que bajara, pero en lugar de eso dió media vuelta y corrió de nuevo hasta la mitad. Se balanceaba arriba y abajo. Sus pies realmente perdían contacto con el cable y volvían a colocarse de nuevo sobre este. Todos estábamos hechizados viéndole».
Petit fue advertido por su amigo en la torre sur que un helicóptero de la policía vendría a sacarle del cable. Había comenzado a llover y Petit pensó que ya había corrido suficientes riesgos, por lo que decidió entregarse a la policía que le esperaba en la torre sur. Fue arrestado nada más bajar del cable. La policía le esposó y empujó por las escaleras, algo que luego el acróbata describiría como la parte más arriesgada de su acto.
Su audaz actuación provocó titulares en todo el mundo. En 2008, el cineasta James Marsh rodó el documental «Man on Wire»”. Me preguntarán por qué lo hice: “Cuando veo tres naranjas, hago malabares. Cuando veo dos torres, las cruzo”.
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