Hace no mucho, en marzo de este año, referí aquí la notable exposición que
un diputado del parlamento ruso perteneciente a la bancada comunista ofreció en
el local de Callao, donde tantas generaciones de militantes porteños se
aventaron a la vida política
Allí se remarcaba de entrada el énfasis que el propio compañero hizo
acerca de que la casta empoderada en el gobierno de los Estados Unidos y sus
socios del imperio capitalista mundial siguen teniendo como uno de sus
principales objetivos geoestratégicos la destrucción de Rusia
El intento por desplazar a Rusia de las Olimpíadas de Rio de Janeiro
comprueba esta tesis
Si los proclamados ideales de democracia, no intervención, libertad,
igualdad y fraternidad hubieran sido respetados por las potencias del imperio
capitalista mundial que tanto los proclaman, otro sería el cantar del mundo
Si la Revolución Rusa –como la China, la Cubana, la Nicaragüense y la
Salvadoreña por mencionar sólo algunos otros ejemplos– no hubiese sufrido el
ataque criminal impuesto con alevosía por dicho imperio durante décadas, guerra a guerra sin
parar y esparciendo alrededor del mundo mediante dictaduras cívicas, militares
y mediáticas la persecución, la muerte, la ignorancia o la tergiversación
absoluta de lo que dichos procesos significaban y significan para el conjunto
de la humanidad, los pueblos del mundo seríamos mucho más inteligentes
No lo somos, de ahí gran parte de nuestros atrasos, decadencias y
problemas sociales, políticos y económicos de todo tipo
*
Si Rusia, una de las delegaciones deportivas más envidiables del planeta,
no participa de los Juegos, las Olimpíadas simplemente no tienen razón de ser.
La prohibición de las y los atletas rusos es una nueva violación al espíritu
olímpico
Si Rusia no participa, yo tampoco, y no pienso ver ni una sola carrera,
un solo salto, ni un solo lanzamiento y menos que menos un partido de vóley,
fútbol, básquet o lo que puta sea
Comandante Yelena Isinbayeva |