La peligrosidad del rumbo que ha escogido Proyecto Sur crece proporcionalmente a la soberbia de su dirigencia. Se entiende: el oportunismo amerita envalentonarse. El bar mediático les abrió la puerta grande para entrar a beber por cuenta de la casa con la única condición de hablar mal del gobierno. Entre copas de fama y medidas de votos, fueron coronados como flamantes talentos argentinos en el arte de hacer centroizquierda. Los dueños no pierden ocasión de abrazarlos y de decirles al oído “Ahora les toca a ustedes…”. Los bartenders tienen órdenes de servirles preguntitas en bandeja. La clientela habitual los adula y festeja. Así, saludando desde la barra televisiva, noche a noche nos invitan con fuertes y caros tragos de “dignidad nacional” y “decencia cívica”. A mí todavía me dura la resaca de los cócteles conque me convidó el Chacho.
Quizás lo que escribís sea razonable, digo argumentás con razones, pero también decís de las conductas con las que no acordás que son “oportunistas” y no lo fundamentás, yo diría que son más bien inoportunas y lo fundamento en que no toman en cuenta donde está el problema mayor a resolver y además no contribuyen a cierto acuerdo entre quienes “piensan parecido” en muchas otras cosas. Cada uno es dueño de hacer el comentario que guste, en ese sentido el tuyo también es válido pero y éste es el mío: debiéramos intentar ver como ponernos de acuerdo quienes parecemos coincidir.
ResponderEliminarPepe: justo leo lo tuyo en un momento de prisa; pero nomás decirte, desde ya, que me alegra entrada al blog (bienvenido!) que además hayas dejado tu comentario, y el cómo. Muchas gracias. Por supuesto que "debiéramos intentar ver como ponernos de acuerdo quienes parecemos coincidir". Hasta pronto. Saludos, JBE
ResponderEliminarMe encanta como escribís Joao. Sobre como pensás diría que es como esos caramelo ácidos
ResponderEliminar(prefiero los que parecen rodajas cítricas a los gajos).
Abrazo
Sol