“Estados Unidos, un país nacido en 1776, el mismo año de la fundación
de nuestro Teatro Bolshoi, pretende venir a enseñarnos cómo vivir…”, ironizaba el
diputado comunista Andrey Evgenevich Klychko durante la charla ofrecida antenoche
en el CEFMA*, enfocada en reiterar que “la ambición del imperio norteamericano
sigue siendo destruir Rusia”
Y a punto estuvieron de conseguirlo, a fines del siglo pasado, si no hubiera
sido por la resurrección casi inmediata del ex Partido Comunista de la Unión
Soviética (PCUS) prohibido en 1991 y vuelto a fundar en 1993 al calor de las luchas
populares originadas durante la catástrofe que sobrevino tras la muerte del
socialismo y la entrega total del país a los monopolios occidentales. Partido
Comunista de la Federación Rusa que para tremenda sorpresa de los sepultureros
del comunismo pudo haber vuelto al gobierno ya en 1996, cuando su flamante líder,
Guenadi Ziuganov, obtuviera el 40,7% de los votos para presidente pese a las
gravísimas irregularidades electorales que hicieron ganador a Borís Yeltsin, gerente
favorito de EEUU y la Unión Europea
Enumeremos algunos efectos de la “terapia de shock” aplicada entre 1991
y 1999 en la patria de Isinbayeva. Se cerraron más de 30.000 empresas, se fugaron
3 trillones de dólares, se redujo el nivel de vida a una tercera parte quedando
20 veces por debajo del nivel medio de EEUU. Cuarenta millones de personas
cayeron en la pobreza absoluta. Las tasas de decrecimiento económico llegaron
al –20%, la inflación superó el 1.000%. Falta nomás agregar quizás el explosivo
incremento de la criminalidad y el recrudecimiento de las tensiones intra
nacionales instigadas por los señores de la guerra
El precio que paga el pueblo ruso por la libertad de rapiña ofrendada a
los buitres imperiales en nombre del fin de la utopía, es sencillamente devastador.
Nuestro camarada destacó un terrible ejemplo
de los estropicios de este terremoto económico: “El negocio de importación de
alimentos ha dejado al abandono 42 millones de hectáreas de tierra cultivable –Una
Argentina y Media– y así Rusia, un país potencialmente capaz de producir
alimentos para mil millones de personas, debe en la actualidad importar carne,
frutas, papas...”
El cuadro explica muy fácilmente el renacimiento de las esperanzas depositadas
en el Partido y por qué “hoy el 90 % de la opinión pública rusa –contó el joven
diputado– recuerda con lamento la época funesta que va desde la perestroika
hasta la desintegración de la URSS y odia a personajes como los Yeltsin y los
Gorbachov que patrocinaron su derrumbe”. De Gorbachov contó que allá “es
considerado un burdo traidor que no puede salir a la calle y se ve obligado a
festejar sus cumpleaños en Berlín o Londres”, en donde yo agregaría que el
único respeto que todavía le queda es por su famosa mancha de nacimiento en la
pelada
*
Desazón generalizada que también explica el surgimiento de Rusia Unida,
el partido de Putin, fundado para contener esta mezcla de bronca y nostalgia en
un partido nuevo que, recuperando algunos símbolos y conquistas del pasado
soviético, fuese capaz de seguir conduciendo la nación por el rumbo neoliberal
en marcha. Algunas de estas medidas fueron la restitución oficial del himno
soviético (con un texto modificado por el mismo autor del original) y la re estatización
del petróleo, uno de los tantos recursos naturales constitucionalmente consagrados
como propiedad del pueblo. Derecho de propiedad que algunos funcionarios de
gobierno se toman tan en serio que cobran salarios de hasta 50 mil U$S por día
Leyó bien
O sea que agregando presentismo y AUH redondeamos
unos 20 palos verdes al año. Por algo Rusia es el segundo país del mundo con
mayor número de multimillonarios. Argentina anda por el puesto 25°, nada mal
pensando en la impostergable distribución de riquezas prevista para la próxima
ofensiva popular, esta vez sin excusas de ningún tipo
*
“La única manera de salvar al pueblo de esta encrucijada es por
izquierda” dijo Andrei, y para ello “el Partido tiene que estar dispuesto a
tomar las riendas del gobierno porque sólo un giro a la izquierda puede sacar
al país del pozo en que está. No va a quedar otra, y por eso es que estamos abocados
a seguir ganando apoyo”
Con alrededor del 30 % de los votos totales obtenidos en la última
elección, el PCFR es la segunda fuerza política detrás de Rusia Unida, con una
bancada de 92 diputados sobre 450 parlamentarios que integran la Duma o Cámara
de Representantes. El Partido gobierna en Novosibirsk, la tercera ciudad más
poblada de Rusia y principal centro científico, financiero, industrial y
cultural de Siberia
*
“El PCFR apoya la política internacional de Putin sobre la intervención
en Siria, que ha permitido detener el avance de las fuerzas invasoras genocidas
y bloquear algunas carreteras por donde ingresa el armamento que las asiste. Sobre
la situación planteada en la hermana Ucrania, es preciso no olvidar que allí se
produjo una revolución de color apoyada por la CIA y los demás servicios de
inteligencia de la OTAN, la que terminó imponiendo un gobierno explícitamente
fascista, con esvásticas y todo, que inició una casería de brujas contra toda
persona simpatizante al partido o las ideas comunistas. Todo llevó al referéndum
de Crimea, donde el 90% de la población votó la separación de la península para
anexarse a Rusia. Tenemos muy claro que la intervención militar no resuelve ninguno
de estos problemas, y por lo tanto nuestra principal acción es tomar parte en
la asistencia de las víctimas de uno y otro conflicto”
*
La visita concluyó en un intercambio de regalos entre ambas
organizaciones, donde el PCFR obsequió al PCA una copia de la misma bandera de
la Unión Soviética que los soldados del Ejército Rojo izaron sobre el Reichstag
el 2 de mayo de 1945 al cabo de la Batalla de Berlín, que forzó el rendimiento
nazi y marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial, durante lo cual, como recordó
emocionado el compañero, murieron 27 millones de sus compatriotas
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Esta charla ofrecida en el Centro de Formación Marxista que funciona en la
sede del Partido Comunista de la CABA, es otro de los innumerables aportes de
nuestra fuerza a la cultura política del pueblo argentino, a la hermandad con
los demás pueblos del mundo, a la integración de nuevas camadas de militantes a
la revolución socialista en nuestro país
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JBE