miércoles, 29 de mayo de 2013

Lady Jane


The End by The Doors on Grooveshark


En julio de 1972, apenas tres meses después de ganar el Oscar a la Mejor Actriz por su papel de una prostituta en la película «Klute», Jane Fonda tomó la valiente decisión de viajar a la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte) para redoblar desde allá su campaña de denuncia contra los líderes políticos y militares norteamericanos que se hallaban al mando de aquella guerra anticomunista que costó la vida de 6 millones de personas, cinco millones y medio de ellas civiles.

Sépase que el Ejército de Estados Unidos arrojó en Vietnam, un país del tamaño de la Provincia de Buenos Aires, más de siete millones de toneladas de bombas, o sea, más del doble de las que se tiraron en Europa y Asia durante la II Guerra Mundial. Un promedio de una bomba de 500 libras (225 kilos) por cada vietnamita. En Vietnam del Sur, la meta de los bombardeos era desplazar a los aldeanos y desfoliar gran parte del campo para que los luchadores del Frente de Liberación no tuvieran donde esconderse. Se soltaron bombas antipersonales, bombas incendiarias de fósforo blanco y de gasolina gelatinosa o napalm. Millones de hectáreas fueron rociadas con el tristemente famoso Agente Naranja, que envenenó los cultivos, los bosques, los animales y la población humana. En el norte las campañas aéreas sobre los civiles tenían el objetivo de quebrantar su espíritu de resistencia. Los estrategas de la guerra escribieron que una meta importante de estos bombardeos era lisiar a la población civil. «A los muertos sólo hay que enterrarlos –escribieron– en cambio a los heridos hay que dedicarse a cuidarlos». La bomba más poderosa era la Daisy Cutter, una bomba ciega (no guiada) de nitrato de amonio y polvo de aluminio que pesaba 7000 kg. Como material de fragmentación, tenía en su interior cientos de pequeños discos de acero que tras el estallido de la bomba viajaban a altas velocidades en todas direcciones, llegando a afectar un área de hasta 500 metros a la redonda, de ahí el sobrenombre de Daisy Cutter o «cortadora de margaritas».

Durante su estadía en Hanoi, Jane transmitió diez emisiones radiales en las que denunció estas y otras atrocidades. Las autoridades norvietnamitas le concedieron incluso permiso para entrevistarse con los prisioneros norteamericanos, entre quienes recolectó los mensajes que ellos deseaban enviar a sus familias. Cuando fueron liberados y repatriados a los Estados Unidos, algunos dijeron haber sido torturados por las fuerzas enemigas. Jane los llamó hipócritas y mentirosos, y se encargó de aclarar ante la opinión pública que aquellos hombres “jamás fueron torturados ni pasaron hambre” y que se trataba de “asesinos profesionales y criminales de guerra según la ley”. En su último día en Hanoi, Jane fue fotografiada sentada sobre una batería antiaérea, una foto que la prensa yanqui manipuló para desacreditarla y generar indignación entre la ciudadanía. Esto fue lo que pasó:

 
“Tras dos semanas de visita yo estaba exhausta y emocionalmente destruida. Los soldados querían cantarme una canción sobre el día en que el Tío Ho declaró la independencia en la Plaza Ba Dinh de Hanoi. Mi traductor me iba relatando la letra: Todas las personas son creadas iguales y con los mismos derechos, la vida, la libertad y la felicidad. Estas son las palabras que Ho Chi Minh pronunció en aquella ceremonia histórica. Yo empecé a llorar y aplaudir. Estos jóvenes no deben ser nuestro enemigo, pensaba. Celebran las mismas palabras que los estadounidenses. Después los soldados me pidieron que cantara para ellos. Yo me había aprendido de memoria una canción llamada Dậy mà đi, Arriba y Lejos, escrita por un maestro de Vietnam del Sur. Aunque yo sabía que mi pronunciación debía sonar horrible, parecían encantados de que lo intentara. Cuando terminé, todo el mundo estaba riendo y aplaudiendo, incluyéndome a mí. Alguien me llevó hacia el cañon y ​​yo me senté, sin dejar de reír, aún aplaudiendo. Aquí está mi honesto recuerdo de lo que pasó”.  
 
Lady Jayne Seymour Fonda –según su nombre completo– continuó militando por la paz hasta que en 1975 los Estados Unidos se retiraron finalmente de Vietnam.
 



Bien arriba, arriba y muy lejos
¿Quién gana sin derrota?
¿Quién no se queja antes de ser sabio?
Bien arriba, arriba y con todo
Arriba y bien lejos, queridos amigos
No te arrepientas de lo que gastaste en lágrimas
Que van por el río de la montaña esperando
Allá arriba y a lo lejos
Arriba y bien lejos, queridos amigos
¿Cuántos años la gente ha vivido sin hogar?
¿Cuántas personas murieron el año pasado en su casa?
Muy arriba, arriba y con todo
Arriba y muy lejos, mis queridos

Nguyễn Xuân Tân

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