lunes, 16 de septiembre de 2013

Corazón valiente


El tiempo esta a favor de los pequeños by Silvio Rodríguez on Grooveshark


El día lunes 16 de septiembre pasado, en el 26° aniversario de la muerte en combate del camarada Marcelo Feito, la Editorial Cartago publicó la segunda edición de “Canción a una bala/Recuerdos de la Revolución Salvadoreña”.

La historia de este libro comenzó a escribirse en Córdoba durante la primavera de 1998, cuando yo tenía treinta años y acababa de rendir la última materia de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Lo que sabía sobre Centroamérica y El Salvador era por esos días muy poco, casi nada, pero relativamente bastante si tomamos en cuenta el sistema de control informativo tremendo a través del cual las centrales ideológicas del imperio dominan la opinión pública mundial, por entonces aún más poderoso que ahora. Dicho bagaje tenía que ver con mi militancia en el Partido Comunista, al que me afilié en 1982 en plena guerra de Malvinas, y que en aquellos tiempos publicaba dos semanarios, el ¿Qué pasa? y el Aquí y Ahora. La sección internacional de ambos medios nos mantuvo al tanto de la Revolución Nicaragüense, en cuyo apoyo impulsamos cientos de iniciativas durante toda la década del 80, entre ellas una tan concreta como fue el envío de dos numerosos contingentes de brigadistas que viajaron para colaborar en sucesivas cosechas de café. Rasgo solidario que formaba parte genética de la actividad partidaria desde su fundación y sus fundamentos, de la misma tradición capaz de movilizar un diario en motocicleta al cabo del cual resulta que desembarcaste en Cuba, apodado el Ché.

Es decir que gracias al Partido y su prensa militante conocíamos también la situación política de El Salvador, allí donde las organizaciones populares y guerrilleras unidas en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional enfrentaban al mismo enemigo, una dictadura cívico militar encargada de masacrar las luchas que ponían en riesgo los intereses multimillonarios de un grupo cada vez más reducido y siniestro de sociedades anónimas. Nuestra participación se vio en este caso limitada por las características particulares del conflicto, pues mientras los sandinistas habían tomado el poder y estaban en el gobierno, las fuerzas del FMLN vivían acampamentadas en los volcanes, corriendo de una ladera a la otra para escapar de los helicópteros norteamericanos.
 
Sin embargo fuimos. Las compañeras y compañeros seleccionados para semejante tarea fueron adiestrados por personal idóneo aquí y completaron su educación apenas ingresaron a la pelea. Cada quien debió escoger para sí mismo un pseudónimo y Marcelo eligió llamarse Rodolfo, en honor a Rodolfo Ghioldi, dirigente ilustre del PC. Pero estas ya son cosas que fui conociendo a medida que avanzaba en el trabajo. La primera etapa del mismo arranca con las primeras conversaciones mantenidas en Buenos Aires con Ramiro, sobrenombre de José Luis Merino, ex comandante del FMLN, uno de los protagonistas claves de la hazaña y voz cantante del libro. Nos reencontramos en su tierra, adonde fui y volví tantas veces que terminó haciéndome suya.


La primera versión es de junio del 2001, y fue lo que se dice un éxito. En los años siguientes, varios de los cuales pasé en El Salvador, la fui corrigiendo y actualizando. Ahorita sale de nuevo, dedicada a la memoria del Teniente Rodolfo, militante de la Federación Juvenil Comunista, y a todos los hombres y mujeres internacionalistas que cayeron en la contienda. Dedicado al FMLN, a Schafik Hándal y al pueblo hermano de El Salvador.

Dedicado también al pueblo de Siria.

5 comentarios:

  1. es el más mejor libro del mundo jeje <3 y tiene unos poemas tremendos!! felicitación!

    ResponderEliminar
  2. Ahora mismo que veo esto, voy a la biblio y lo encuentro entre: Odiseo Elytis Antología Fundamental, y Paul Eluard obras escogidas Tomo I; que tul???

    ResponderEliminar
  3. Jethro Tull !!! Yo digo que pronto estaré allí parado ante esa alta bibliogracia, contemplando el lugar señalado. Abrazo

    ResponderEliminar
  4. Como conseguirlo? te escribo desde euskal herria.

    ResponderEliminar