Arrorró de la Mechi

Gaby: 

Nena, qué alegría me diste al reencontrarte acá. La última vez fue en una noche de guitarreada y vinos en Almagro, con tu vieja entre los amigos y las canciones. Junto a todos los abrazos que se aventaron desde acá hasta la isla faltaba llegar el mío, que iba volando brazos abiertos para aterrizar ahorita allá bien grande.

Todavía se siente raro. Fue imposible asimilar la noticia a su rostro, a esos rasgos que con calcada belleza fecundaron para sobrevivir en el tuyo propio gracias al mismo truco conque Luis el Ciego le pasó a tu hermano la melena colorada. No hay duda que la mirada y la voz de la Mechi hacen de su recuerdo un lugar tan nítido y alegre como el que fundó en nuestro corazón. Intuyo que esas inmensas fuerzas del amor y la memoria que ella portaba con irradiante comodidad y valentía se han convertido en nuevas energías que encarnadas en quienes la quisimos tanto nos ayudarán a llevarla con nosotros más cerca de ese sueño de los sueños que era el suyo.

Aquí he contado de mis finales de febrero de 1999, cuando me hospedé por primera vez en tu depto de La Habana, y de mis largos paseos desde el Nuevo Vedado hasta el malecón, bordeando el cementerio de Colón hasta el puentecito de Kholy, volviendo por el Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía hasta Loma y 37. Conté que en el walkman cargaba el “London Conversation” del pelirrojo escocés John Martyn, que mi amigo Adrián me grabara justo el primer domingo de aquel año. El tema inaugural del disco se llama “Arrorró de cuento de hadas”. Sabemos que el cuento del Ciego y la Mechi perdura relatado en los frondosos laberintos de Schulman. Yo imagino que entre esos recovecos existe un atajo secreto que da hacia cierta noche eterna en donde un príncipe pelirrojo le canta a una chica santafesina:

Si quieres montar un arcoiris ven conmigo

y te llevaré hasta el mágico mar púrpura
y quizás encontremos mil peces de azúcar
que cuando los comas te concederán cualquier deseo

Y si quieres venir con tus amigos
tráelos

Si quieres atrapar una estrella entonces camina conmigo
te llevaré donde la noche es siempre día
puedes seguirme si realmente lo intentas
quizás encontremos un arcoiris para enseñarle a volar

Y si quieres venir con tus amigos
tráelos

Te llevaré a través del mágico bosque danzante
y te llevaré donde los duendes son todos buenos
te llevaré donde los elfos y las hadas cantan
y te llevaré alrededor del mágico anillo encantado

Y si quieres venir con tus amigos
tráelos

Inclina la cabeza y deja que tus párpados se vayan cerrando
adonde vamos no necesitas llevar tu ceño
y verás que todas las cosas que dije
se volverán verdad cuando estés tendida en tu cama

Y si quieres venir con tus amigos
tráelos