La Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) aventajó al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en las elecciones parlamentarias y municipales realizadas ayer en El Salvador. El partido revolucionario no logró recuperar la alcaldía capitalina, perdió varios de los principales distritos conurbanos que gobernaba y redujo su poder legislativo de 35 a 31 diputados.
A diferencia de los números parejos que definieron la victoria en otros municipios, ARENA ganó de manera aplastante en San Salvador, donde el actual alcalde duplicó la votación concitada por el candidato efemelenista Jorge Schafik Hándal. La ultraderecha se adjudicó también la mayoría de las cabeceras departamentales y pasó a ser la primera bancada parlamentaria con 33 escaños. Por su parte el partido GANA, una fracción de ARENA escindida tras la derrota presidencial del 2009, debutó en comicios conquistando 11 diputaciones e igual número de jefaturas locales, performance que la convierte en la tercera fuerza del país.
No cabe duda de que estos rendimientos adversos le deparan un paisaje preocupante al gobierno nacional del FMLN y su conducción partidaria de cara a la cita electoral prevista para comienzos del 2014. Uno de los principales desafíos será revertir la tendencia del electorado en la capital y en las grandes poblaciones aledañas como Soyapango, consideradas bastión inexpugnable de la izquierda. Al mismo tiempo se impone con urgencia analizar los resultados a la luz del plebiscito que la elección dejó planteada sobre la gestión del presidente Mauricio Funes, figura extrapartidaria convocada con acierto por la dirección farabundista como pieza clave para la victoria del 2009.
Aunque la cúpula de ARENA califica públicamente de “traidores” a los dirigentes emigrados a GANA –el ex presidente Tony Saca entre ellos– cabe suponer que ambos partidos se irán encaminando a cerrar filas sobre una candidatura en común. El propio Saca ha hecho explícito su deseo de reunir tras de sí a la derecha y volver a competir por la primera magistratura, pero las flamantes cifras favorecen con toda claridad las posibilidades de Norman Quijano, hoy intendente reelecto de San Salvador.
Dado que la Constitución Salvadoreña prohíbe la reelección de Funes, el FMLN no deberá perder tiempo en apuntalar su relevo. Suenan los nombres del vicepresidente Salvador Sánchez Cerén y de Sigfrido Reyes, presidente de la Asamblea Legislativa. El candidato surgirá en los próximos meses, que serán cruciales para contrarrestar el descontento y recobrar la confianza de los votantes perdidos ayer.
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