Tuve y tengo la suerte y la dicha de tener los
mejores amigos del mundo. Están, andan, por la capital y la provincia de Buenos
Aires, por Córdoba, San Juan, Ushuaia, Alemania, La Antigua Guatemala, San
Salvador (El Salvador) Estados Unidos, Oslo, San Pablo, el Más Allá, etc. Ninguno
de ellos se pondrá celoso si yo digo que el Adri es el que yo me llevaría a la
luna, si tuviera que escoger uno sólo entre todos ellos. Ni siquiera vos,
querido compadre de Alta Gracia.
Nos unieron en principio la facultad, Los
Beatles y la Alba. Luego la lista se hizo infinita. Es uno de los mejores
escritores de la actualidad. Su literatura la definió en una noche de machos
jugando al truco el entrañable Bernabé Dolzo, arquitecto, hoy en algún lugar
del sur de la provincia de Córdoba: “Cuando vos hablás es como que si te fuera pasando
una película…”. Así es, tal cual. En la vida misma y en sus textos.
Pertenecer al Partido Comunista es lo que se
dice un estado de ánimo. Y no precisamente por volátil, cosa que aparte no es
el caso. Me refiero a que ser comunista es sobre todo un estado general del
alma. Como ser hincha de Belgrano de Córdoba, cristiano, Messi, cheff,
goleador, cantante, pugilista. Una de las características del oro es que no se
volatiliza jamás.
Adri querido: bienvenido al Partido Comunista,
mate.
Si necesitara a alguien
Si necesitara a alguien
Pero ya ves que ahorita estoy demasiado enamorado
Si necesito a alguien
George
Si necesitara alguien a quien amar
Vos sos el primero en quien pensaríaSi necesitara a alguien
Si tuviera un poco más de tiempo para gastar
Entonces creo que lo pasaría con vos, amigo míoSi necesitara a alguien
Si hubieses venido otro día
Esto no debiera haber salido asíPero ya ves que ahorita estoy demasiado enamorado
Tallá tu número en la pared
Y quizás recibás una llamada de míSi necesito a alguien
George
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