Tenía caballos blancos
Y minas en filaTodas vestidas de satén
Y esperando en la puerta
Oh, qué hombre afortunado que era
Oh, qué hombre afortunado era
De plumas y encaje blanco
Hicieron su camaDe un colchón cubierto de oro
Sobre el cual él yacía
Oh, qué hombre afortunado que era
Oh, qué hombre afortunado eraSe fue a luchar en las guerras
Por su país y su rey
Y de su honor y su gloria
La gente cantaría
Oh, qué hombre afortunado que era
Oh, qué hombre afortunado eraUna bala lo encontró
Su sangre corría mientras él lloraba
No hubo manera de salvarlo
Entonces se recostó y murió
Oh, qué hombre afortunado que era
Oh, qué hombre afortunado era...
Greg Lake
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