Tuve el gusto de asistir ayer a un encuentro de
prensa con el escritor Abel Prieto, comunista, actual asesor del presidente
Raúl Castro, quien hasta antes de ejercer dicha función fue durante 15 años
ministro de cultura de la República Socialista de Cuba. La reunión tuvo lugar
en el Centro de Estudios de Formación Marxista (CEFMA) donde Abel inauguró una
gira programada con motivo de celebrarse este viernes 14 de junio el 85°
aniversario natalicio del Che. La misma lo conducirá por las rutas argentinas
de aquel joven rosarino y cordobés que motorizado por la vocación del médico y la
lucha política de nuestro tiempo, emprendió una odisea sin regreso en cuyos
puertos lo esperaban, sin saberlo: un barco, una tripulación de compañeros, un
apodo cabal, una isla, una revolución, una familia, la fidelidad de dos
hermanos, el amor de todo un pueblo, otra pelea final más y el futuro
inagotable de los héroes.
Presentado por el secretario general del PC,
Patricio Echegaray, y acompañado por Jorge Lamadrid Mascaró, embajador cubano
en el país, el invitado centró su reflexión en la tarea de extender y reforzar
el entretejido de redes culturales como usina vital del proceso de unidad
latinoamericana, levantando con ellas una “trinchera de ideas” –metáfora
acuñada por Fidel– contra las fuerzas destructivas de un sistema imperial que
amenaza liquidar en su caos a la humanidad entera. Habló de la necesidad de
promover la participación en las distintas ramas de la cultura como fuente de
formación de una conciencia individual y colectiva imprescindible para afrontar
los desafíos sociales de la época. Respecto del uso de la computadora como arma
revolucionaria opinó: “Creo que debemos ocupar y aprovechar los espacios
conectivos y las herramientas de conocimiento y creatividad que brinda la
Internet con un sentido transformador que ayude a los fines liberadores de
nuestra lucha, siempre atentos al trabajo de espionaje que el enemigo lleva a
cabo por estos mismo medios”.
En cuanto al estado contemporáneo del movimiento
cultural cubano se mostró entusiasmado con la serie cada vez más exitosa de
festivales que se dan cita en La Habana y otras ciudades, y por cómo las
conquistas de la revolución en este y otros campos cosechan hoy la entereza
comunitaria sembrada durante el período especial que sobrevino con la
disolución de la URSS y las leyes de bloqueo. Fue muy claro a la hora de
referirse a la “disidencia”, la cual “sencillamente no existe, puesto que se
trata de grupos organizados y financiados por la Embajada de los Estados
Unidos”. Agregó que “cualquiera de estas personas es libre de presentarse en
las elecciones de su cuadra y resultar eventualmente escogida para
representarla en los ámbitos parlamentarios superiores, adjudicando así de
alguna relevancia democrática a la autoridad de tales cuestionamientos”.
Entre las referencias concretas a ciertas obras
y autores destacados del último tiempo mencionó «José Martí: el ojo del canario»
film del cineasta Fernando Pérez estrenado en 2010. La película relata la vida
del prócer desde su nacimiento hasta los 17 años, cuando cae preso, allí donde
empieza la parte universal de la historia. En determinado momento de la trama, según
parece, podemos ver allí a un adolescente que como cualquier mortal aprende a
masturbarse. La describió como una escena sublime que “baja al prócer del
bronce para sentarlo junto al espectador, en especial junto al público joven, en
cuerpo y alma”. Es decir en carne y hueso, del lado de sus mismos sueños. Los de entonces y los de todavía.
Bienvenido a la Argentina, camarada, amigo
Abel Prieto Giménez, de Pinar del Río, Cuba.
JBE
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