Compañero Robert |
viernes, 31 de mayo de 2013
Manifiesto de la mujer trabajadora para cada fin de semana
Estoy tan cansada de laburar todos los días
que ahora que llega el fin de semana
voy a tirar mis problemas al carajo
si vos pagás el taxi está todo bien
quiero ver las luces bien brillantes esta noche
Encontrame en la estación, no llegués tarde
necesito gastar algo de dinero y no pienso esperarllevame al baile y abrazame fuerte
quiero ver las luces bien brillantes esta noche
Hay gente loca corriendo por toda la ciudad
hay una banda de plata marchando de arriba para abajoy los muchachotes andan buscando pelea
yo quiero ver las luces bien brillantes esta noche
Encontrame en la estación, no llegués tarde
necesito gastar algo de dinero y no pienso esperarllevame al baile y abrazame fuerte
quiero ver las luces bien brillantes esta noche
Un par de noches borracha rodando por el suelo
es justo el tipo de desmadre que estoy buscandoluego voy a dormir hasta el lunes
pero quiero ver las luces bien brillantes esta noche
Llevame al baile y abrázame fuerte
quiero ver las luces bien brillantes esta nocheLinda Thompson
(1975)
Partido Comunista de la Argentina
Teniendo rancho y caballo
es más liviana la penade todo aquello que tuve
sólo el recuerdo me queda
nada más, nada más
No tengo cuentas con Dios
mis cuentas son con los hombresyo rezo en el llano abierto
y me hago león en el monte
nada más
Me gusta mirarlo al hombre
plantado sobre la tierracomo una piedra en la cumbre
como un faro en la ribera
nada más
Alguna gente se muere
para volver a nacery el que tenga alguna duda
que se lo pregunte al Che
nada más
nada más
El camarada Héctor Roberto Chavero Aranburu más conocido como Atahualpa Yupanqui |
jueves, 30 de mayo de 2013
Enredado de nostalgia
Una mañana temprano, el sol brillaba
yo estaba tumbado en la cama
preguntándome si ella habría cambiado por completo
si seguiría pelirroja
sus padres dijeron que nuestra vida juntos
seguramente sería dura
nunca les gustó el vestido que mi mamá se hizo en casa
la libreta de ahorros de papá no era lo bastante grande
y yo estaba parado a un lado de la carretera
con la lluvia cayendo sobre mis zapatos
camino hacia la costa este
Dios sabe que pagué algunas cuentas
enredado de nostalgia
Cuando nos conocimos ella estaba casada
a punto de divorciarsela ayudé a salir del embrollo, supongo
pero usé demasiada fuerza
condujimos aquel coche tan lejos como pudimos
lo abandonamos en el oeste
nos separamos una noche oscura muy triste
ambos acordamos que era lo mejor
ella se volvió a mirarme
cuando yo me alejaba
y por encima de mi hombro, la oí decir
“nos encontraremos de nuevo, algún día, por la avenida
enredados de nostalgia”
Tuve un empleo en los grandes bosques del norte
trabajando por una temporada como cocineropero nunca me gustó demasiado
y un día el hacha sólo cayó
entonces bajé a
donde resultó que fui contratado
por un tiempo en un barco pesquero
justo a las afueras de Delacroix
pero entretanto siempre estaba solo
el pasado era todavía reciente
he andado con muchas mujeres
pero ella nunca escapó de mi mente
y sencillamente crecí
enredado de nostalgia
Ella trabajaba en un local de striptease
donde yo entré a por una birrame quedé mirándo el perfil de su rostro
bajo la luz del escenario, tan nítida
más tarde, cuando la gente empezó a irse
conmigo a punto de hacer lo mismo
ella estaba ahí de pie, detrás de mi asiento
me dijo: “no me digas, quisiera adivinar tu nombre”
murmuré algo entre dientes
ella estudió las líneas de mi cara
admito que me sentí algo incómodo
cuando se agachó para atarme el cordón del zapato
enredada de nostalgia
Encendió un fuego en la estufa
y me ofreció una pipa“pensé que nunca dirías hola”, dijo
“parecés del tipo callado”
entonces abrió un libro de poemas
y me lo pasó
estaba escrito por un poeta italiano del siglo trece
y cada una de sus palabras sonaban convincentes
y resplandecían como carbón ardiendo
brotando de cada página
como si estuvieran escritas en mi alma
de mí hacia vos
enredadas de nostalgia
Viví con ellos en Montague Street
en un sótano bajo las escalerashabía música en los cafés cada noche
y la revolución estaba en el aire
entonces él empezó a traficar con esclavos
y algo dentro suyo murió
ella tuvo que vender todo lo que tenía
y se volvió tan fría
y cuando por fin tocó fondo
yo me encerré en mí mismo
la única cosa que sabía hacer
fue huir hacia delante, como un pájaro que voló
enredado de nostalgia
Así que ahora estoy de vuelta otra vez
de alguna manera tengo que encontrarlatoda la gente que solíamos conocer
son ya para mí una ilusión
algunos son matemáticos
algunas esposas de carpinteros
no tengo idea cómo empezó todo
no sé qué están haciendo de sus vidas
pero yo aún sigo en el camino
apuntando hacia otro rumbo
siempre sentimos lo mismo
nomás lo veíamos desde diferentes puntos de vista
enredados de nostalgia
Bob Dylan
Beto
A Roberto Pianelli lo conocí cierto sábado del año 1984 en un aula del Comercial N° 3 “Mariano Moreno”, Av. Rivadavia al 3500, Almagro, Ciudad de Buenos Aires. Él llego esa tarde como delegado de su colegio –el Nacional Sarmiento– y militante del MAS, Movimiento al Socialismo, por entonces el partido troskista más nutrido y pujante. Por mi parte yo asistía como presidente del centro de estudiantes del ENET N°23 “Casal Calviño” y militante de la Federación Juvenil Comunista. El motivo de la reunión: la conformación de la Federación de Estudiantes Secundarios (FES) proyecto que concretaríamos hacia el fin de aquel año.
Hasta entonces, y desde hacía décadas, los
comunistas y los troskistas literalmente nos odiábamos. Nos detestábamos en el
sentido más puro, ruin y negativo de la palabra. Es decir que cuando acordamos
con las demás fuerzas políticas la integración de la comisión directiva de la
FES, los compas del MAS quedaron afuera. Pero a principios de 1985 el viraje del
Partido Comunista entraba en la recta final, y como parte de aquel valiente proceso
de autocrítica y realineamiento hacia la unidad de la izquierda se impulsó la
formación de un frente electoral con distintos agrupamientos y partidos
izquierdistas, entre ellos el MAS. Fue un proceso duro de debates en todos los
locales del país. Yo participé en el que se dio en el local de Portela, zona 4
de la Capital. Ahí y en casi todos lados ganó por mayoría la idea de marchar juntos
hacia el Frente del Pueblo.
Es decir que por el entonces “Gordo” Beto, pasó
de ser un archienemigo a un aliado. Estuvimos juntos en la segunda comisión
directiva de la FES –donde ahorita quedaba afuera la Franja Morada– y nos
hicimos buenos amigos. Luego vino el futuro, donde cada quien siguió su camino.
Yo viajé al centro de la tierra para estudiar en Córdoba, él se metió bajo
tierra a laburar en el Subte, donde siguió militando y organizando. En algún
punto se separó del MAS, que se partió en mil pequeños pedazos. Yo seguí
siempre en el PC.
Volvimos a encontrarnos hace un año gracias al
compañero Gastón, que un día me pasó su teléfono. Primero le hice un breve llamado
desde el fondo del tiempo. Luego nos conectamos en Facebook. Le propuse una
entrevista, aceptó con gusto y la fuimos afinando hasta que hoy al mediodía se
concretó allí en la sede de la Asociación Gremial de Trabajadores del
Subterráneo y Premetro (AGTSyP) que él mismo preside. El reportaje está grabado
en video y es una media hora genial con un tipo excelente. Un dirigente de lujo.
A la cabeza de una lucha tremenda, una vez consiguió un aumento del 48%: “Nos
cambió la vida…”. Cuando esté editada y lista quedará a disposición de ustedes
acá. Por lo pronto vaya este anticipo y mi agradecimiento al Beto, y a todos los
compañeros y compañeras del Underground porteño.
JBE
No llega fácil
Madison Square Garden, Nueva York, 1° de Agosto de 1971, Concierto para Bangladesh: Ringo Starr, George Harrison, Eric Clapton, Leon Russell, Billy Preston, Klaus Voormann & Jim Keltner
No llega fácil
Vos sabés que no llega fácil
Si querés cantar un blues tenés que pagar tus deudas
Y vos sabés que no resulta fácilNo necesitás gritar ni patalear
Podés incluso hacerte fácilmente la tonta
Olvídate del pasado y de todas tus penas
El futuro no va a durarY pronto terminará con el mañana
No pido mucho, sólo quiero tu confianza
Y vos sabés que eso no llega fácilPero este amor mío sigue creciendo todo el tiempo
Y sos sabés que eso no es nada fácil
Abrí tu corazón, vayamos juntos
Usá un poquito de amorY haremos que funcione mucho mejor
La paz, recordá que la paz es la manera de lograrlo
Y que está aquí, dentro de tu alcanceSi sos lo suficientemente grande como para aceptarla
Richard Starkey
Suave es la noche
«Durante aquellas horas muertas
de Zurich en que contemplaba la cocina de un extraño a través de una lámpara
vulgar, se dijo que quería ser bueno, amable, que quería ser valiente y sabio,
pero todo aquello era muy difícil. También quería ser amado, si esto podía
incluirse en sus planes»
Francis Scott Fitzgerald
(1896–1940)
miércoles, 29 de mayo de 2013
Lady Jane
En julio de 1972, apenas tres
meses después de ganar el Oscar a la Mejor Actriz por su papel de una
prostituta en la película «Klute», Jane Fonda tomó la valiente decisión de viajar
a la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte) para redoblar desde
allá su campaña de denuncia contra los líderes políticos y militares norteamericanos
que se hallaban al mando de aquella guerra anticomunista que costó la vida de 6
millones de personas, cinco millones y medio de ellas civiles.
Sépase que el Ejército de Estados
Unidos arrojó en Vietnam, un país del tamaño de la Provincia de Buenos Aires, más
de siete millones de toneladas de bombas, o sea, más del doble de las que se
tiraron en Europa y Asia durante la II Guerra Mundial. Un promedio de una bomba
de 500 libras
(225 kilos) por cada vietnamita. En Vietnam del Sur, la meta de los bombardeos era
desplazar a los aldeanos y desfoliar gran parte del campo para que los
luchadores del Frente de Liberación no tuvieran donde esconderse. Se soltaron
bombas antipersonales, bombas incendiarias de fósforo blanco y de gasolina
gelatinosa o napalm. Millones de hectáreas fueron rociadas con el tristemente famoso
Agente Naranja, que envenenó los cultivos, los bosques, los animales y la
población humana. En el norte las campañas aéreas sobre los civiles tenían el
objetivo de quebrantar su espíritu de resistencia. Los estrategas de la guerra
escribieron que una meta importante de estos bombardeos era lisiar a la
población civil. «A los muertos sólo hay que enterrarlos –escribieron– en
cambio a los heridos hay que dedicarse a cuidarlos». La bomba más poderosa era la
Daisy Cutter, una bomba ciega (no guiada) de nitrato de amonio y polvo de
aluminio que pesaba 7000 kg .
Como material de fragmentación, tenía en su interior cientos de pequeños discos
de acero que tras el estallido de la bomba viajaban a altas velocidades en
todas direcciones, llegando a afectar un área de hasta 500 metros a la redonda,
de ahí el sobrenombre de Daisy Cutter o «cortadora de margaritas».
Durante su estadía en Hanoi, Jane transmitió diez emisiones radiales en las que denunció estas y otras atrocidades. Las autoridades norvietnamitas le concedieron incluso permiso para entrevistarse con los prisioneros norteamericanos, entre quienes recolectó los mensajes que ellos deseaban enviar a sus familias. Cuando fueron liberados y repatriados a los Estados Unidos, algunos dijeron haber sido torturados por las fuerzas enemigas. Jane los llamó hipócritas y mentirosos, y se encargó de aclarar ante la opinión pública que aquellos hombres “jamás fueron torturados ni pasaron hambre” y que se trataba de “asesinos profesionales y criminales de guerra según la ley”. En su último día en Hanoi, Jane fue fotografiada sentada sobre una batería antiaérea, una foto que la prensa yanqui manipuló para desacreditarla y generar indignación entre la ciudadanía. Esto fue lo que pasó:
“Tras dos semanas de visita yo estaba
exhausta y emocionalmente destruida. Los soldados querían cantarme una canción
sobre el día en que el Tío Ho declaró la independencia en la Plaza Ba Dinh de
Hanoi. Mi traductor me iba relatando la letra: Todas las personas son creadas iguales y con los mismos derechos, la vida,
la libertad y la felicidad. Estas son las palabras que Ho Chi Minh pronunció
en aquella ceremonia histórica. Yo empecé a llorar y aplaudir. Estos jóvenes no
deben ser nuestro enemigo, pensaba. Celebran las mismas palabras que los
estadounidenses. Después los soldados me pidieron que cantara para ellos. Yo me
había aprendido de memoria una canción llamada Dậy mà đi, Arriba y Lejos, escrita por un
maestro de Vietnam del Sur. Aunque yo sabía que mi
pronunciación debía sonar horrible, parecían encantados de que lo intentara.
Cuando terminé, todo el mundo estaba riendo y aplaudiendo, incluyéndome a mí. Alguien
me llevó hacia el cañon y yo me senté, sin dejar de reír, aún aplaudiendo. Aquí
está mi honesto recuerdo de lo que pasó”.
Lady Jayne Seymour Fonda –según su nombre completo– continuó militando por la paz hasta que en 1975 los Estados Unidos
se retiraron finalmente de Vietnam.
Bien arriba, arriba y muy lejos
¿Quién gana sin derrota?
¿Quién no se queja antes de ser sabio?
Bien arriba, arriba y con todo
Arriba y bien lejos, queridos amigos
No te arrepientas de lo que gastaste en lágrimas
Que van por el río de la montaña esperando
Allá arriba y a lo lejos
Arriba y bien lejos, queridos amigos
¿Cuántos años la gente ha vivido sin hogar?
¿Cuántas personas murieron el año pasado en su casa?
Muy arriba, arriba y con todo
Arriba y muy lejos, mis queridos
Nguyễn Xuân Tân
Partido Comunista Francés
No, no era la balsa de la Medusa
este barco
que lo sepan en el fondo de los puertos
en el fondo de los puertos
navegaba apaciblemente
sobre el gran charco de los patos
y lo llamaron Les Copains D’abord
“Los Amigos Primero”
Partido Comunista de Barcelona
Madera noruega
Con ustedes Lillebjørn Nilsen, el trovador de Oslo
Una chica que conocí me dijo una noche tranquila:
–¿Podés llevarme con vos en una canción?me encantaría viajar con una hermosa melodía
dejame hacer eso una vez
y entre lo mucho que haremos, haremos algo que fácilmente
nos permita dejar en el pasado los peligros más grandes
escribila detrás de tu oido, antes de que te la olvidés
quizás mañana sólo podás decir:
“Estuvimos tan cerca”
La canción sonó esa única vez, casi como una canción
¿Pero el pensamiento también cuenta, no?La melodía no eran gran cosa, pero ella se consoló
conque yo tarareara su nombre de vez en cuando
Entre lo mucho que haremos, haremos algo que fácilmente
nos permita dejar en el pasado los peligros más grandesescribila detrás de tu oido, antes de que te la olvidés
quizás mañana sólo podás decir:
“Estuvimos tan cerca”
Podemos estar tan cerca, tan cerca
y asimismo desde tan lejos
Una chica que conocí me dijo una noche tranquila:
–Un recuerdo bien puede volverse una hermosa oquedadalgo que no salió bien y con lo que tal vez tengamos que vivir
hasta tararear un nombre diferente
martes, 28 de mayo de 2013
Sueco
Felicia desapareció
puede alguien decir cómocomo un pájaro que voló de su jaula
como el hielo con la primavera pasada
como el amor cuando se ha herido
como un viaje sin retorno
Felicia desapareció
puede alguien decir cómo
Felicia está muerta
muerta está mi última esperanzasu cuerpo se perdió
cuando un duende se estiró hacia ella
la arrastró al fondo del río
y ya nunca volvió a salir a la superficie
Felicia está muerta
su cuerpo se perdió
Felicia desapareció
Felicia, adióstodos tenemos que morir
me besaste en la boca
te reíste y desapareciste
tu carne también estaba ardiendo
Felicia desapareció
Felicia, adiós
Cornelis Vreeswijk
lunes, 27 de mayo de 2013
Individual
Con motivo de celebrar el 25 de Mayo, la Federación Juvenil Comunista organizó el viernes pasado un locro en el salón de actos del Comité Central de nuestro partido. El cheff del evento fue el compañero sanjuanino Germán Choves. Hubo también empanadas, vino, cerveza y fernet con coca. Y sobre todo: una buena onda deliciosa. Vean si no este individual de papel que sirvió esa noche para embellecer la buena mesa de mis compañeras y compañeros. Que viva la Patria y el Partido Comunista de la Argentina.
domingo, 26 de mayo de 2013
sábado, 25 de mayo de 2013
Partido Comunista de Córdoba
Canción compuesta por el padre de la Ceci Merchán
Con uvita chinche
Me hice un vino florMe hice tres barriles
Se me terminó
Voy tirando lindo
Ya se me acabó
Me ha durado mucho
Como un día o dos
Fumando zarzaparrilla
Me la paso todo el díaTiradito panza arriba
En la Villa Carlos Paz
Voy pateando sapos
Por el barrio Inglés
Che, te encargo, de mi tía
Me traigás las alpargatasQue me las dejé olvidadas
En la rueda de la chata
Estoy medio mosca
Dicho en cordobés
Con el bolichero
Dele pichulearPor un litro e’ vino
Que no vua pagar
Guarda el hilo, Negro
No te me largués
Negro, guarda el hilo
Que soy cordobés
En la plaza e’ Villa Allende
Un agente en bicicleta
Espantaba los caballos
Era el cabo Tijereta
Mas si estoy chupao
vo no lo sabís
¿Pa’ ande vay?
¿Pa’ James Craig?
Che, que bien que lo pronunciai...
Se ve que lo dominai
Se ve que sabís inglés
Y si no sabís
¿Pa’ qué te metís...?
Partido Comunista de San Juan
Es un cóndor joven, por eso el color marroncito. Tomada en Ischigualasto, desde la cumbre del Cerro Morado.
jueves, 23 de mayo de 2013
Golpe al corazón (El Partido Comunista y el golpe del 76, Segunda parte)
La noche del martes 23 de marzo de 1976 me fui
a dormir en una habitación de la calle Rocha, entre La Boca y Barracas.
Vivíamos ahí mi madre, mi viejo, mi hermanito, la nana Susana y yo. Mi vieja
tenía 31 años y laburaba en una cooperativa de Avellaneda. Papá tenía 29 y era
el secretario de relaciones políticas de la Federación Juvenil Comunista. Yo
estaba a menos de un mes de cumplir ocho años. De mi poca conciencia del
peligro de aquel tiempo recuerdo cierta tarde de juegos dedicados a la
exploración casera, cuando en el ropero de la pieza matrimonial encontré un
arma, una pistola que mucho después supe era una Ballester Molina calibre 22, herencia
de mi abuelo.
Esa misma noche, en el estudio del hermano de
Don Ricardo Balbín, Avenida de Mayo al 800, al lado del Café Tortoni, dirigentes
de casi todos los partidos se hallaban reunidos para intentar acordar una última
iniciativa de resistencia conjunta que permitiera frenar el inminente golpe. Dadas
sus relaciones multipartidarias, los comunistas habían logrado para dicha
ocasión la dificultosa convergencia de peronistas y radicales. Pero el
encuentro terminó en vano con las primeras horas del miércoles 24, cuando ya
las orugas de los tanques trituraban el asfalto de la avenida.
Al día siguiente las puertas del infierno se
hallaban abiertas de par en par y perros rabiosos de tres cabezas se propagaban
por doquier engullendo familias enteras, matrimonios, hijos, nietos, amigos,
hermanos, conocidos, vecinos, compañeras y compañeros. Para protegerme, mis
padres resolvieron llevarme de inmediato a casa de unos primos maternos que
vivían por Caballito. Chiquín y Zunilda habían llegado de San Juan antes que
nosotros, y recostados en el amor de Buenos Aires habían tenido dos nenas y un
varón apenas mayorcitos que yo: Patricia, Roberto y Anita. Entre ellos, y por
obra y gracia de la inocencia infantil y la solidaridad filial, aquella primera
semana satánica significó para mí sin embargo una breve estadía en el paraíso.
Paraíso edificado sobre la base conyugal de un hogar muy cristiano de presupuestos
docentes empleados con orden y buen gusto. Creo que la familia en pleno se
declaró esa semana en vacaciones para cuidar de mi felicidad. Grandes y chicos,
una semana entera jugando al Ludomatic, al juego de la Oca, a las cartas, a los
dados, a los muñequitos de Titanes en el Ring que venían dentro de los
chocolatines Jack, y todas las noches, una tras otra, después de cenar, a la
aventura de cubilete que más nos apasionaba: “De puerto en puerto”. Esa fue
para mí la Disneylandia que nunca conocí, el país inolvidable de nunca jamás.
En medio del holocausto, la vida de aquel niño era bella.
De vuelta en Barracas, mi viejo siempre
recuerda cierta vez en que él se hallaba desconsolado ante la tele escuchando un
discurso de Videla, y que yo al verlo así le dije: “No estés triste, pa, los
malos van a perder”. A fines del 76 tuvimos que escabullirnos y fuimos a parar
a la otra punta de la ciudad, a un bonito dos ambientes sobre la calle Homero, en
el barrio de Villa Luro. Mi hermanito y yo teníamos la pieza. Los viejos un
sillón cama en el living, durante cuatro años. En la escuela Guido Spano, que
quedaba en la esquina, me hice gimnasta, protagonicé a San Martín cada 17 de agosto,
y terminé la primaria junto al mejor amigo que cualquier pibe haya tenido. Allí
nadie supo nunca a qué se dedicaba mi viejo. La coartada era “trabaja en un
estudio jurídico”. Tal estudio pertenecía al abogado Jimmy Nuguer, íntimo amigo
de la familia y hermano de Hernán, estudiante de arquitectura secuestrado por
comunista el 27 de octubre del año siguiente, días después de que asistiéramos
juntos al ringside del Luna Park, a una velada de boxeo en la que le dí un beso
al Negro Víctor Emilio Galíndez. Todos los compañeros de mi viejo eran
literalmente mis “tíos”. Cuando Patricio me contó que el Tío Hernán había sido
secuestrado, a mí me sonó de película. Y él no sabía qué responderme cuando yo
insistía en preguntar si ya lo habían liberado.
Mucho tiempo después, para un 17 de abril de comienzos
de los noventa, mi novia la Toppy –la reina de la tradición más linda que se
haya elegido en mi pueblo– y yo, viajamos desde Córdoba a Buenos Aires para
festejar mi cumple con la familia. Entre las novedades del primer almuerzo los
viejos contaron que habían ido al cine con su amigo Cheché Dolberg a ver un film extraordinario. Mi viejo la animó a mi vieja para que lo contara: “Running on empty”, “Escapando en el vacío”. El protagonista,
nominado al Oscar por su papel, es River Phoenix, a quien dios tiene en la más
bella gloria. Allí él hace del hijo mayor de una pareja que por causa de un
accidentado sabotaje a los laboratorios de napalm, durante la Guerra de
Vietnam, se ve obligada a andar huyendo de la persecución del FBI. Tanto que
para no dejar rastros, Phoenix, que está aprendiendo a tocar el piano, debe ensayar
sobre un teclado apagado. Mi vieja nos relató la historia emocionada. La vimos en video
meses después en Alta Córdoba.
Beneficio
al borde del precipicio
recordarás que soy
tu príncipe
Yo tengo el don de mandar
la película de vuelta al inicioel don de agradar
no soy difícil
un beneficio
Un cierto día banal
en el abismo de ese principiopercibiré que sos
mi cómplice
Y lamenta tener que olvidar
las marcas en los pasaportes
no quiero saber vivir
abandonado
la vida es más que un vicio delicado
la vida es bien difícil
delante de ese abismo
vuelvo la película
al inicio
amada mía
mejor que carta marcada
un beneficio
Zé Renato
miércoles, 22 de mayo de 2013
El Partido Comunista y el Golpe del 76 (Primera Parte)
Al Luis Reinaudi lo conocí a través
de Enrique Vázquez apenitas llegué a Córdoba para estudiar periodismo, en
febrero de 1991. Me salió de garante para mi primer y mi segundo alquiler de
estudiante. Fue mi compañero de canto en el Coro del Colegio de Abogados de Córdoba.
Juntos fuimos a cantar a Bariloche. En una parada del camino, en Neuquén, me
llevó a la casa del Chito Zeballos, ante quien interpreté “Eclipse de mar”, mi
hit de aquel viaje. Su versión del tango “Fangal” supera incluso la de Edmundo
Rivero, en la cual se basa. Es profesor titular de la Facultad de Derecho de la
UNC. Es quizás el mejor abogado en lo laboral del país. Periodista de toda la vida. Mide dos metros, fuma pipa y es hincha de Ríver. Una de las personas más
encantadoras y fascinantes que conocí. Mi amigo me enorgullece y enorgullece a
mi Partido, que fue también el suyo, donde siempre lo recordamos con los abrazos
abiertos. Esta es su respuesta a una nota publicada en el diario Clarín el pasado finde.
Autocriticarse es bueno,
saludable, digno. Renegar no. En Clarín, edición del sábado 18, Jorge Sigal
toma como pretexto la muerte de Videla para continuar el ajuste de cuentas con
su pasado como militante -y en su momento destacado dirigente- del Partido Comunista.
No escribo para polemizar con él acerca de la posición del PC (al que también
pertenecí) sobre el golpe del 76 y la dictadura. Con toda seguridad él tenía un
acceso más directo a la cúpula partidaria.
Yo era por entonces militante sindical y profesional,
como abogado, en Córdoba. Recuerdo, sí, haber compartido con compañeros de
actividad una posición crítica sobre la falta de claridad y contundencia en las
posiciones públicas de la organización, pero tuve la suerte de no haber
recibido jamás un “informe” en el que se calificara al difunto presidiario como
democrático. No lo habría soportado.
Sigal se permite atribuir una imagen de
ingenuidad, cuando no de cobardía, a los militantes comunistas asesinados,
quienes según su calumniosa memoria, habrían muerto “ … con la credencial de su
partido en la mano tratando de convencer a sus captores de que el PC no tenía
nada que ver con los grupos guerrilleros”.
No es ése mi recuerdo. Es cierto que, con
genuino derecho, nos permitíamos exponer públicamente nuestra discrepancia con
quienes abrazaron la vía armada. No lo es menos que quienes nos calificaban
peyorativamente por esa posición, llegado el momento sabían que los abogados
comunistas defendíamos a los presos políticos cualquiera fuese su ámbito de actuación.
Pero refulge dolorosamente en mi memoria la
imagen de aquellos a quienes no pudimos defender, y como solo, único y
suficiente ejemplo me basta el de David Coldman, el Gordo, responsable de la
autodefensa del PC cordobés, quien resistió hasta la muerte el más siniestro
chantaje físico y moral sin suministrar una sola información a sus verdugos. Lo
que digo no es retórica: antes de ser asesinado y salvajemente torturado, debió
asistir al tormento y muerte de Eva y de Marina. Su mujer y su hija. No sé
dónde estaba Sigal entonces, pero cualquiera haya sido su heroico pasaje por
ese momento, tengo la certeza de que no legitima su liviano e irrespetuoso
presente.
Luis Reinaudi
Vuelto Brecht
Hay hombres buenos que luchan un día
un año, muchos años, toda la vida
y no son imprescindibles
esos son los mejores
JBE
No muero más
Siempre que
llega este final
tan fiel al
paso de mi soledadguardo en medio de mi luz
sin piel
una lágrima para esta canción
Pero basta
ya
no muero másque es como el tiempo
que cada quien
tiene su carga, su cuento, su risa, su cielo
sus años
su mar violento
tiene su concha, su vuelo, su lodo, su llama
su llanto
su andar distinto
Cuando
respiro de tu luz
la paz que
brindacualquier compartir
llego al tiempo de soñar
que sos la muerte
de mi soledad
Pero basta
ya
no muero másque es como el tiempo
que cada quien
tiene su carga, su cuento, su risa, su cielo
sus años
su mar violento
tiene su concha, su vuelo, su lodo, su llama
su llanto, su andar distinto
Y por vos
de nuevo me
encuentroante mi propia revolución
Katia & Salvador Cardenal
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