Siete de la tarde, casi la noche de ayer, a la
vuelta de la Marcha por la Marihuana. Vengo por la calle Perú. Llegando a mitad
de cuadra entre San Juan y Humberto, paso cerca de un grupito de jóvenes laburantes
que al fin de su jornada se hallan acorpachados junto a un árbol bien macho, charlando
de la vida. Son cuatro guazos de entre 18 y 25 años, no más. Sólo alcanzo a escuchar las
dos líneas fundamentales de la conversación, el quid de la cuestión...
–Para nosotros es más difícil
–Una mina por más que pese 200 kilos consigue pija
cuando quiere…
(Piedras y Carlos Calvo, bajo el gomero, sí) |
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